En este documental podemos conocer cómo se fabrican los refrescos carbonatados como la gaseosa, que adquiere especial relevancia durante los meses de verano en los combinados que se realizan con vino o cerveza para preparar el tinto de verano o las claras (o champú).
Para saber el proceso de fabricación de refrescos carbonatados deberemos conocer también un poco su historia y remontarnos a la época en la que se elaboraba agua carbonatada o gaseosa. Las bebidas carbonatadas iniciaron su andadura en el siglo XIX, en 1832 el británico John Matthews inventaba un aparato que mezclaba el agua con dióxido de carbono y determinados saborizantes, como el sabor a naranja o el sabor a limón.
Comenzaba la era del denominado Rey de la soda, los refrescos de John Matthews se popularizaron rápidamente, especialmente porque se les atribuían propiedades saludables y por ello se comercializaban en farmacias. Sin embargo, lo que nosotros conocemos como gaseosa empezaba a comercializarse 50 años más tarde, un farmacéutico estadounidense desarrollaba en 1885 un sabor similar al de la gaseosa actual, de hecho, aún se comercializa en Estados Unidos y se considera la gaseosa más antigua del país.
Para disfrutar de una refrescante bebida carbonatada era necesario acudir a los locales denominados Fuentes de soda, en ellos se ofrecían este tipo de bebidas, helados, batidos, etc. Posteriormente la industria de las bebidas envasadas se haría con el mercado de la gaseosa y comenzarían a desarrollarse nuevas variedades.
Cada año se comercializan millones de litros de distintos refrescos carbonatados, pero en su mayoría coinciden con un principio fundamental, la base es el agua filtrada, ingrediente que supone el 86% del producto final, a ella se le añadirán los diferentes ingredientes que darán lugar a la gran variedad de refrescos carbonatados del mercado.
El 14% restante contempla aromas, azúcares, colorantes, espesantes, antioxidantes, estabilizantes, etc., todo ello forma un jarabe que se añade al agua filtrada. Cuando la mezcla está a punto, la bebida se trasvasa a un carbonatador, se trata de un tanque presurizado donde se inyecta anhídrido carbónico que se mezcla con la bebida. Nada tiene que ver el método actual empleado con el que desarrolló entonces John Matthews, su aparato estaba formado por un habitáculo de hierro forrado con plomo en el que se elaboraba el gas carbónico mezclando ácido sulfúrico y polvo de mármol. Posteriormente el gas se purificaba haciéndolo atravesar un tanque de agua y luego se introducía en otro tanque de agua fría purificada. Durante 30 minutos se agitaba la mezcla hasta que el agua se impregnaba del gas formando el agua carbonatada.
Volviendo al documental sobre producción de refrescos carbonatados, una vez se ha mezclado el gas con el líquido se obtiene la bebida carbonatada, está es conducida a un nuevo depósito y se inicia el proceso del embotellado. Previamente, las botellas que se llenarán de refresco o gaseosa, son higienizadas y enjuagadas con agua filtrada. En el embotellado se elimina el aire de las botellas y posteriormente se rellenan con la bebida, posteriormente cada botella se cierra con su tapón y un precinto que garantiza su sellado. Ya sólo resta colocar la etiqueta, almacenar y distribuir.
Como detalle a destacar sobre la elaboración de refrescos, hay que señalar el enorme gasto de agua que se realiza y que podemos comparar con el gasto que se realiza en el proceso del agua embotellada. Recordemos que para la elaboración de los envases de plástico el derroche de agua es realmente extremo.
Por último, cabe recordar que sean refrescos o gaseosa, es importante realizar un consumo moderado de estas bebidas por la relación que mantienen este tipo de bebidas con el riesgo de sobrepeso y la obesidad.