En días de celebraciones especiales nos gusta vestir la mesa tal y como la ocasión merece, es un día de fiesta, de reuniones familiares y de disfrute de una comida especial, así que es el momento de sacar nuestra vajilla y cristalería preferida, siempre compuesta de más útiles que los que acostumbramos a utilizar a diario. Todos conocemos que hay un protocolo sobre cómo poner la mesa de Navidad o de cualquier comida formal o de celebración, en principio hay sentido común a la hora de poner la mesa para que resulte agradable para el comensal y también para el anfitrión, aunque hay que decir que buscando esta comodidad, algunas normas del protocolo van cambiando.
Lo principal en una mesa es que todos estemos cómodos, por espacio y por disponibilidad de los cubiertos o copas necesarias en cada momento. Personalmente pensamos que en cada hogar puede haber un ‘protocolo’ para poner la mesa de Navidad, aunque es cierto que hay normas comunes que facilitan al comensal conocer con qué cubiertos se debe comer cualquier plato, y esto se facilita con el orden en la disposición en la mesa. Si por ejemplo se van a colocar tres cuchillos al lado izquierdo del plato, convendrá ordenarlos de fuera a adentro, según se vayan a necesitar.
Pero empecemos por la base a la hora de vestir la mesa de Navidad, el mantel. Podemos disponer de un mantel blanco que nos sirva para las comidas especiales de todo el año, o un mantel con discretos motivos navideños. En el primer caso, el mantel se puede complementar con manteles individuales navideños, con bajo platos o sencillamente con algún adorno que evoque la Navidad en el centro de la mesa. No conviene recargar de motivos decorativos el espacio en el que tiene que haber lugar para los alimentos y para la libertad de movimiento de los comensales.
Si se desea una mesa más elegante, los bajo platos serán la mejor elección, una mesa más actual o informal se vestirá con manteles individuales sobre el mantel de base. Y ahora viene el dilema de las servilletas, ¿de tela a juego con el mantel o de papel?, cada uno que elija las que prefiera, ahora hay servilletas de papel que son muy agradables al tacto, grandes y prácticas, elegantes o informales, siempre debemos tener más servilletas por si es necesario un cambio. Y aunque hablamos de las servilletas, aún no es momento de ponerlas. Éstas no se deben poner dentro de la copa, se colocan al lado izquierdo del plato junto a los cubiertos, o sobre el plato, el comensal generalmente la pone sobre sus piernas cuando se sienta a comer.
Los platos pueden colocarse sobre el mencionado bajo plato que permanecerá toda la comida en la mesa. Sobre éste se coloca el plato llano (si vas a servir pescado y carne en tu menú, no pongas los dos platos llanos, éste plato se sustituirá una vez se haya tomado el pescado por uno limpio), seguido del plato hondo. El plato hondo siempre debe estar sobre un plato llano, nunca directamente sobre el bajo plato o sobre el mantel.
Si vas a servir sopa, crema o puré, puedes presentar la mesa con el plato hondo en su sitio, en el caso en el que lleves al centro de la mesa la sopera. Si vas a servirla en la cocina, puede ser más práctico y menos molesto para los comensales no ponerlo, llevarlo a la mesa cuando se vaya a comer. En ese caso, para terminar de poner la vajilla, sobre el plato llano puedes poner un plato pequeño, como el de postre, y sobre éste la servilleta. A la hora de servir la sopa retira el pequeño plato.
Para servir el pan, lo ideal es que cada comensal tenga su plato, éste es pequeño y se coloca en el lado izquierdo, en la parte superior de los cuchillos. No es habitual en nuestra cultura, pero donde se sirve mantequilla para untar el pan, el platillo del pan se acompaña con un pequeño cuchillo. Si queréis tener un toque de originalidad en la mesa festiva, podéis ofrecer una cata de un buen aceite de oliva virgen extra, colocando un pequeño cuenco con una cucharada del zumo de aceituna junto al pan.
Los cubiertos, como sabemos, se colocan a izquierda y derecha del plato (el protocolo piensa en los diestros), ordenados según con la mano que lo vayamos a coger y en el orden (de fuera a dentro) en el que los vamos a usar, así a la derecha encontramos la cuchara de sopa y los cuchillos, y a la izquierda los tenedores. Los cubiertos de postre se pueden colocar en la parte superior de los platos, entre los platos y las copas, o cuando se hayan retirado los anteriores y se vaya a servir el postre.
Con respecto a las copas, las principales son la copa de agua, de vino blanco, de vino tinto y de cava. Pueden colocarse en ese orden, para saber por qué copa se debe empezar, pues hay cristalerías que pueden hacer dudar sobre cuál es la copa de agua y cuál es la de vino (aunque después el comensal quizá utilice la grande para lo que bebe más). No ocurre nada, si estamos entre familia y/o amigos, lo más importante es disfrutar.
Lo que sí nos parece importante es que antes de poner la mesa se repasen cubiertos, vajilla y cristalería con un paño limpio que no deje restos de pelusa, que luzca una mesa brillante. Para que haya equilibrio, no recargar la mesa ni con colores dispares, ni con exceso de adornos, los protagonistas de la mesa son los invitados y la comida, una mesa sencilla suele ser mucho más elegante.
Hemos mencionado lo más básico, seguro que se os ocurren algunos apuntes más para poner la mesa de Navidad, quizá queréis compartir con todos los lectores algunos trucos o cómo elaborar adornos navideños atractivos con frutas, viejos adornos del árbol de Navidad, corchos de vino, piñas… También pueden surgir dudas sobre si colocar una copa para el vino rosado, dónde situar los cubiertos de marisco, si es preferible servir los aperitivos en el centro de la mesa o en los platos… aunque en la mayoría de ocasiones la respuesta será, lo que resulte más cómodo y práctico. Esperamos que nos lo contéis y sobre todo, que disfrutéis organizando y viviendo la reunión familiar.
Foto | Noonch