Varias empresas e investigadores hablan sobre las increíbles posibilidades de la impresión 3D y otras tecnologías en la gastronomía, consideran que serán capaces de cambiar el modo en el que comemos, creamos, compartimos y vivimos. Aseguran que la impresión 3D ofrece una experiencia interactiva comestible y exquisita, se habla de aplicarla incluso en productos como la carne, concretamente en recortes, despojos y cortes secundarios, siendo una solución para dar salida a estos productos, otorgándoles un valor añadido y maximizando los beneficios económicos.
Pero quizá antes es necesario saber cómo perciben los consumidores los alimentos impresos en 3D, tema sobre el que se han realizado pocas investigaciones. Por ello, expertos de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berna (Suiza), decidieron llevar a cabo un estudio para tener una idea sobre lo que opinan y perciben las personas respecto a los alimentos impresos en 3D. Los investigadores comentan que esta tecnología tiene una naturaleza disruptiva, ya que supone un cambio brusco con respecto a lo que conocemos, por lo que es necesario investigar y analizar las necesidades y temores que pueden tener los consumidores sobre esta tecnología, siendo las respuestas muy importantes para poder introducir en el mercado los alimentos impresos en 3D.
Para poder determinar la actitud actual ante la impresión 3D de los alimentos y cómo podría evolucionar, se reclutó a 260 personas mayores de edad que cumplimentaron un cuestionario cuyas respuestas darían una idea sobre la conciencia y receptividad que tenían de esta tecnología. En dicho cuestionario se proporcionaba una descripción de lo que era la tecnología 3D, explicando que actualmente se utiliza principalmente en el sector del procesamiento del metal y el plástico, pero que también era posible aplicarla a la alimentación para crear alimentos personalizados.
Los expertos constataron que el conocimiento de los participantes sobre la tecnología de impresión 3D aplicada a los alimentos era limitado, así mismo, se constató que la actitud general ante los alimentos impresos en 3D era negativa debido al temor de comer alimentos ultra procesados y extraños, como ya hemos comentado anteriormente, se trata de una tecnología de naturaleza disruptiva. Los expertos consideran que es posible que el nombre de la tecnología influya en la percepción negativa y alimente el miedo o la falta de voluntad para disfrutar de experiencias gastronómicas nuevas. De hecho, algunos participantes en el estudio manifestaron su temor de que los alimentos producidos con una impresora 3D no fueran comestibles, no fueran seguros o no fueran nutricionalmente adecuados.
Posteriormente se proporcionó a los participantes de este estudio más información sobre esta tecnología, el modo en el que se podía utilizar, cómo se podían crear nuevos diseños, hacer que los alimentos fueran más divertidos, moldearlos para que se facilitara la cocción, así como otras posibles razones. Se les explicó que se podían imprimir alimentos que cumplieran los requisitos nutricionales, que se podían crear formas originales y atractivas para que los niños aceptaran de mejor grado alimentos como las verduras, etc.
El caso es que con más información objetiva se influyó positivamente en la percepción de los participantes y la actitud cambió, especialmente entre los que tenían muy pocos conocimientos sobre la impresión 3D de alimentos. De los resultados obtenidos se desprende la siguiente conclusión, argumentos como la diversión, la nutrición personalizada o la conveniencia, son aspectos relevantes que pueden ayudar a promocionar los alimentos elaborados con esta tecnología e introducirlos en el mercado. Por tanto, es importante llevar a cabo campañas informativas bien definidas antes de que los alimentos impresos en 3D aborden el mercado.
El estudio, que podéis consultar en este artículo publicado en la revista científica Food Quality and Preference, es interesante, quizá hubiera sido necesario hablar sobre la percepción de los diferentes alimentos que se pueden imprimir, seguro que existen preferencias. Recordemos que en el caso de la carne impresa en 3D, la propia industria considera que este alimento no puede competir con la carne tradicional, al menos a corto plazo.