El consumo de fibra alimentaria es esencial para mantener una buena salud, sin embargo, debido a su textura áspera y seca, algunas personas encuentran desagradables los alimentos ricos en fibra. El rechazo a estos productos tiene un impacto negativo en la salud, ya que una dieta con bajo contenido en fibra está relacionada con enfermedades graves, como los problemas cardiovasculares, la diabetes o el cáncer de colon.
En este sentido, un grupo de investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) ha desarrollado una solución innovadora que podría revolucionar la relación con la fibra alimentaria, dando respuesta a la pregunta cómo mejorar la experiencia de consumir alimentos ricos en fibra dietética. Los expertos plantean recubrir las fibras con una capa de gel suave que logra mejora la textura y eliminar esa sensación desagradable. Con este sistema se logra que el consumo de alimentos ricos en fibra sea más agradable, por lo que se promueven las dietas saludables y sostenibles.
La textura es el principal obstáculo en el consumo de fibra
La fibra insoluble (tipo de fibra dietética que no se disuelve en agua) como la que se encuentra en el salvado de trigo, los vegetales y los cereales enteros, es especialmente problemática para el consumo en productos líquidos. Su textura arenosa y seca resulta poco apetitosa para la mayoría de los consumidores, problema que limita la inclusión de fibras a una mayor variedad de productos alimenticios y, por tanto, se reduce la posibilidad de aumentar el consumo de fibra en la población en general.
Mientras que la fibra funciona bien en algunos alimentos como es el pan, su integración en las bebidas y los yogures sigue siendo un desafío para la industria alimentaria, de ahí la necesidad de hacer que las fibras sean más agradables al paladar, y aquí es donde entra en juego la nueva tecnología desarrollada por el grupo de expertos de la universidad.
Los investigadores se inspiraron en alimentos como las semillas de chía, que tienen una capa natural de gel, e idearon un método para recubrir las fibras insolubles con un gel artificial elaborado con goma gellan (E-418), que forma una capa suave alrededor de las partículas de fibra y hace que sean más agradables al tacto en la lengua. Dicho gel reduce significativamente la sensación de aspereza al actuar como una barrera que evita el contacto directo entre las partículas de fibra y las papilas gustativas. De hecho, los expertos comentan que con el recubrimiento, los consumidores perciben la fibra como una crema en boca, eliminando completamente la sensación seca y arenosa.
En las pruebas realizadas con un panel de cata se obtuvieron resultados prometedores, según explican, se percibió un 52% menos de sensación de fibra, un 42% menos de aspereza y una reducción del 36% de la sequedad. Además de mejorar la experiencia sensorial, la solución propuesta es eficiente y se puede adaptar a escala industrial. Los investigadores comentan que en las pruebas de laboratorio sólo se necesitaron siete minutos para recubrir miles de partículas de fibra con el mencionado gel.
Sobre el gel hay que decir que es insípido, inodoro y versátil, lo que lo hace ideal para su uso en una amplia variedad de alimentos y bebidas, facilitando la creación de productos como zumos, batidos y yogures ricos en fibra, incrementando las opciones disponibles en el mercado para aumentar el consumo diario de fibra. Los expertos concluyen que la introducción de fibras recubiertas en la dieta, beneficiaría a la salud de la población general y sería una opción ideal para segmentos poblacionales que tienen dificultades para consumir suficiente fibra, como las personas de edad avanzada.
Una dieta con contenido reducido en fibra puede desencadenar diversos problemas de salud, especialmente en personas mayores, entre las consecuencias más comunes se pueden citar las dificultades digestivas como estreñimiento y malestar intestinal, la pérdida de peso involuntaria al dificultar la absorción de nutrientes esenciales, la aparición de una debilidad generalizada, etc.
Los investigadores explican que al mejorar la experiencia del consumo de la fibra, se pueden aprovechar mejor los subproductos ricos en fibra, como el salvado de los cereales (capa externa de los granos que se retira durante el proceso de refinamiento), además de contribuir a incrementar los alimentos vegetales en la dieta. Esto no sólo es beneficioso para la salud, también para el medio ambiente, ya que se reduce el desperdicio de recursos alimenticios.
Los expertos comentan que el desarrollo de esta tecnología representa un avance significativo en la solución de un problema nutricional global, y es que la posibilidad de integrar fibra a una mayor variedad de alimentos para hacer que sean más agradables y fáciles de consumir, es un paso para transformar los hábitos alimenticios a nivel mundial. El enfoque puede marcar la diferencia en la salud de millones de personas, especialmente en un mundo donde la población envejece y aumenta la necesidad de dietas saludables y sostenibles.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la facultad de ciencias de la Universidad de Copenhague.
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