Hay gestos que, sin ningún tipo de mal intención, pueden conducir a muchas personas a no hacer las cosas bien, y es que hasta en las películas hemos visto a un actor coger una manzana, frotarla en el brazo para ‘limpiarla’ con la prenda de ropa que lleva y comérsela a bocados. Hoy en día esto no se puede hacer, y no por la pandemia que nos asola en estos momentos (el coronavirus o COVID-19), la fruta y las hortalizas que se vayan a consumir, especialmente si es en crudo, se deben lavar adecuadamente antes de comerlas. Este tema lo tratamos en su momento en este post, pero lo cierto es que también hay que actualizarlo, pues en ese momento tomamos nota de las recomendaciones de la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, y hay un dato importante que no consta.
La AECOSAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) ofrece unas directrices dirigidas a los consumidores sobre la manipulación de las frutas y hortalizas desde la compra hasta el momento de consumirlas, pasando por el transporte a casa, la conservación, la manipulación en la cocina… vamos a repasarlo todo, pues nunca está de más refrescar cada uno de los detalles que tenemos que tener en cuenta cuando llenamos la cesta de la compra de productos vegetales frescos.
Antes de ver ¿cómo lavar las frutas y verduras para que sean seguras?, debemos reseñar que en el momento de la compra debemos elegir productos que no tengan magulladuras ni daños externos, las frutas y hortalizas no tienen que ser bonitas ni tener una forma perfecta, simplemente deben estar limpias, sanas, con el brillo y el color propio del vegetal. Y para transportarlas a casa se deben colocar por separado de otros alimentos como las carnes, los pescados y mariscos, los productos de limpieza… Además de cuidar el colocar las más delicadas encima de las más fuertes, en caso de tener que colocar unas encima de otras.
Una vez en casa, hay que valorar qué se debe y puede guardar en el frigorífico para mejorar y prolongar su conservación, y qué hay que dejar a temperatura ambiente, sea porque es la mejor forma de disfrutar de sus cualidades organolépticas o porque le falta madurar un poco antes de su consumo, entre otras cosas. Sobre esta cuestión habría que extenderse mucho, ya que hay frutas que no se deben guardar en la nevera, pero si las dejamos a temperatura ambiente se pueden madurar en exceso.
En esto nos enfocaremos en detalle en breve si es un tema que os interesa, pues sigue habiendo dudas sobre cómo conservar plátanos, aguacates, fresones que ahora están de temporada y son bastante perecederos… Hoy el tema es el lavado de verduras y frutas para un consumo en crudo seguro, así que vamos a verlo:
En primer lugar, hay que lavarse las manos, y aunque a veces de ha hablado de que bastan 20 segundos, en la actualidad se recomienda un buen lavado de manos de un minuto de duración, preferiblemente con agua templada.
Hay que lavar las frutas y verduras, aunque después se vayan a pelar, en su superficie puede haber suciedad y bacterias que si no se eliminan, contaminarán el cuchillo.
Las frutas y hortalizas que tengan una piel o cáscara dura o que han estado bajo tierra, conviene lavarlas con ayuda de un cepillo específico.
Una vez limpias, se deben secar bien con papel de cocina (ahora hay opciones reutilizables).
Las frutas y las hortalizas que se vayan a consumir sin pelar (fresas, manzanas, ciruelas, calabacín, pepino, etc.), así como las verduras que se vayan a consumir crudas (lechuga, espinacas…), se deben lavar sumergiéndolas durante cinco minutos en una solución de agua y lejía ‘apta para la desinfección de agua de bebida’, a razón de 3 litros de agua y una cucharadita de postre de lejía (4’5 ml).
Las hierbas aromáticas frescas, así como los brotes de semillas o germinados, también se deben lavar.
Y esta es la información básica ofrecida por la AESAN en este documento (Pdf) titulado ‘Frutas y verduras siempre seguras’, pero no estará de más recordar algunos puntos más sobre la seguridad alimentaria en relación a estos vegetales, por lo que os transcribimos de nuevo las normas mencionadas en el post ‘Lavado de verduras y frutas para consumo en crudo’.
Lavado de verduras y frutas para consumo en crudo
- Lavar todos los productos antes de pelarlos, cortarlos y prepararlos para cocerlos y consumirlos. De esta manera, al usar el cuchillo, las bacterias y la suciedad no contaminarán el alimento por contacto entre la pulpa y la cáscara.
- Utilizar superficies de trabajo y utensilios (cuchillos, cepillos, etc.) limpios, secos y que no hayan estado en contacto con otros alimentos.
- Antes de lavar las verduras, lavarse bien las manos con agua tibia y jabón durante 20 segundos, aclararlas cuidadosamente y secarlas con papel de cocina de un solo uso o con una toalla de materia textil que se lave regularmente a 60 °C.
- Lavar las frutas y las verduras bajo el chorro de agua, enteras y con la piel. Así evita que, al cortarlas, los microorganismos y otros contaminantes pasen al interior. Frotar la superficie de las frutas y las verduras bajo el agua corriente del grifo.
- Rechazar las hojas exteriores de la lechuga, la escarola, las coles, las endivias, etc. Lavar las lechugas hoja por hoja.
- Utilizar un cepillo para verduras limpio para eliminar la tierra de las setas y para restregar con firmeza los productos con una superficie exterior dura o rugosa como las patatas, los melones y los pepinos.
- Retirar y rechazar las secciones de las frutas y verduras con hongos, heridas, cortes o zonas demasiado maduras y dañadas.
- Lavar las hierbas como el cilantro, el perejil, el apio y la menta en manojos pequeños, dándoles vueltas hasta que todas las ramas queden limpias.
- Volver a lavar los vegetales con agua, una vez pelados y cortados.
- Secar los productos limpios con toallas de papel o con un paño limpio y seco para eliminar cualquier resto de bacterias.
- Mantener las verduras limpias y secas en refrigeración hasta el momento de usarlas o consumirlas.
Nos parece que es una información relevante que debéis compartir con vuestra familia y amigos, seguro que os lo agradecerán, del mismo modo que podréis transmitir tranquilidad con la lectura de las conclusiones del estudio de ANSES, que podéis ver aquí, sobre la sensibilidad del coronavirus (COVID-19) a las temperaturas de cocción de los alimentos. Por cierto, tened en cuenta, sobre todo, que la lejía para lavar los vegetales debe ser apta para uso alimentario, en la etiqueta debe poner un mensaje como el comentado anteriormente ‘Apta para la desinfección del agua de bebida’, es mucho más económica que la Amukina y actúan igual.
Foto 1 | Byronn Lippincott
Foto 2 | Andy Melton