A pesar de que el huevo frito puede parecer un plato sencillo, también puede ser todo un arte porque hay que lograr el punto exacto de cocción que permita obtener una clara bien cocida y una yema cremosa. Una vez que se aprende a dominar la técnica básica de la elaboración del huevo frito, se puede dar un paso más y experimentar con un amplio abanico de variaciones sorprendentes y deliciosas.
Puede parecer absurdo, pero incluso profesionales del sector de la hostelería y la restauración no saben cómo hacer un huevo frito perfecto. Seguramente habréis vivido la experiencia en alguna ocasión, lo más habitual es que llegue el huevo frito con la yema totalmente cuajada, imposible mojar pan. También se puede dar el caso de que la clara esté poco hecha, babosa, con puntilla para quien la quiere sin y sin puntilla para quien la quiere con. En cualquier caso se malogra lo que debería ser una sencilla delicia culinaria.
Por cierto, ocurre lo mismo con los huevos cocidos o duros, cuántas veces aparecen en una ensalada o ensaladilla y nos encontramos con una yema súper seca, con el contorno de color verde o con un tono grisáceo. Pues este es el resultado de una mala cocción, de nuevo estamos ante un plato muy sencillo mal ejecutado. Al respecto os recomendamos leer este post sobre cómo hacer huevos duros sin yema verde.
Volviendo a cómo preparar un huevo frito perfecto, los ingredientes necesarios son sólo tres, un huevo que sea fresco y de buena calidad, porque cuando el huevo es fresco tiene la clara más compacta, lo que resulta ideal a la hora de freír este alimento. En este sentido, es interesante retomar la lectura del post sobre la fecha de caducidad de los huevos, y posiblemente también os guste conocer la respuesta a la pregunta ¿qué huevos son mejores, los grandes o los pequeños?.
Una vez seleccionado el huevo, procedemos a la preparación de la sartén y el aceite, en nuestro caso aceite de oliva virgen extra, siempre. Como mínimo, el aceite debe tener un centímetro de altura y debe calentarse a fuego medio-alto. Seguidamente hay que cascar el huevo en la encimera de la cocina, pero colocando una servilleta desechable por el tema de la seguridad alimentaria. Hay quien casca el huevo y lo vierte directamente en la sartén y quien lo vierte primero en un platito o bol y después lo pasa a la sartén. De este modo se puede evitar que la yema se rompa o que al cascar el huevo, restos de la cáscara caigan con el alimento.
El huevo se debe verter suavemente en la sartén con aceite caliente y dejar que empiece a cuajar la clara y se torne compacta y de color blanco. Si es necesario, se debe ajustar el calor a fin de cocinar la clara sin que se queme ni se vuelva crujiente antes de que la yema esté en su punto (cremosa) y con una fina capa blanquecina sobre ella. Sobre la cocción de la yema, para quienes la prefieren más líquida e ideal para mojar pan, bastará con cocinar el huevo dos o tres minutos y en los últimos segundos y con la ayuda de una cuchara, verter aceite caliente sobre la yema. Si se desea una yema más firme pero todavía cremosa, aumentaremos el tiempo de cocción a tres o cuatro minutos, y si se desea aún más cocida, deberá aumentarse el tiempo de cocción, aunque entonces ya no se tratará de un huevo frito digno para mojar pan.
Cuando el huevo está listo, con la ayuda de una rasera se retira de la sartén y se escurre el aceite, pero no completamente, ya que un poco de aceite es parte necesaria para disfrutar plenamente de la preparación. Ya sólo es necesario espolvorear la sal al gusto y servirlo recién hecho, sea para disfrutar solo o como acompañamiento.
Como consejos adicionales, recomendamos evitar cocinar demasiados huevos a la vez en la misma sartén, ya que pueden pegarse entre sí, también está bien experimentar con diferentes grasas de calidad para freír y así poder apreciar las variaciones de sabor. Imprescindible acompañar el huevo frito con un buen pan crujiente y con bien de miga. En casa sólo se comen huevos fritos cuando tenemos el pan recién hecho o recién comprado.
Bastará un poco de práctica y atención a los detalles para poder dominar el arte de hacer un huevo frito perfecto, sea con o sin puntilla, pero con la yema y la clara en armonía. Y lo que satisface, una vez se domina la técnica básica, crear huevos fritos con un toque especial, por ejemplo, servir los huevos fritos con queso rallado, con huevas frescas, con tocino, sobre un pan tostado, en sándwich, con trufa negra laminada, con aguacate, con salsa picante, con migas, con setas… La verdad es que hay infinidad de combinaciones, el huevo es uno de los alimentos más versátiles, a continuación os damos algunas ideas pero hay muchísimas más que podréis encontrar utilizando el buscador del blog.
- Bocadillo de huevo y aguacate a la plancha
- Sándwich de huevo, calabacín y tomate seco en aceite
- Sándwich de aguacate, tomate y huevo
- Huevo frito con espinacas y cacahuetes
- Migas con chorizo y huevos fritos
- Huevos con tomate y ñoquis
- Huevos fritos con trompeta de la muerte y guindilla
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