Para hacer un huevo duro, lo normal es utilizar un cazo o una olla, llenarla de agua y llevarla a ebullición. Cuando rompe a hervir se incorporan los huevos con cuidado de que no se golpeen, evitando así que la cáscara quiebre y parte de la clara de huevo se salga, aunque si sucede, tampoco pasaría nada. Entonces conviene controlar el agua de cocción para que no burbujee demasiado, así que se reduce el fuego y se mantienen los huevos durante 8 o 10 minutos, según el punto de cocción que nos guste.
Hoy os vamos a explicar cómo hacer un huevo duro en el horno, no para que sustituyáis la técnica tradicional, porque no merece la pena, pero sí para que lo tengáis como recurso para ciertas ocasiones. A veces nos encontramos en el caso de que estamos horneando un postre, unos flanes, un pudin… a la vez estamos haciendo el entrante o el plato principal en el fuego, y de pronto, queremos hacer un aperitivo o el complemento de un plato a base de huevo duro.
Pues en lugar de añadir cazos a los fogones y aprovechando que tenemos el horno encendido, hacemos los huevos duros en el horno. Ahora bien, es necesario que el horno esté a una temperatura moderada y hay que tener en cuenta que la cocción es mucho más larga que en el cazo con agua. Por eso os decimos que no es un método de cocción para los huevos que resulte práctico o especialmente interesante.
Os ponemos el ejemplo de la última vez que hicimos los huevos duros en el horno, fue el día que preparamos los Huevos al horno con sobrasada. Como también teníamos que cocinar huevos para quienes no podían tomar este plato tan energético, y la temperatura del horno era moderada (los huevos así lo requieren), era una buena opción. No obstante, tarda más en hacerse el huevo duro que el huevo en cazuelita.
¿Cómo hacer huevos duros al horno?, pues hay que precalentar el horno a 170º C con calor arriba y abajo. Una vez caliente, se colocan los huevos en la rejilla del horno y se dejan cocer durante 30 minutos.
Pasados los 30 minutos hay que retirar los huevos del horno e introducirlos en agua muy fría (cambiándola si se calienta), para cortar la cocción. Y ya lo veis, los huevos quedan perfectamente cocidos y sin el desagradable contorno verde de la yema.