El toque cítrico que proporcionan frutas como el pomelo, la naranja o el limón va muy bien cuando se necesita un elemento que refresque el paladar, que reduzca la sensación de untuosidad de una elaboración muy grasa, que proporcione un contraste de sabor… y hay muchas formas de incorporarlo, hoy os vamos a mostrar una especialmente interesante para los postres, así que os traemos un vídeo que ilustra sobre cómo hacer nieve de pomelo o naranja.
Hablamos de nieve, pero otros dirán que es un granizado como el que se elabora congelando una preparación líquida y después raspando con una cuchara o tenedor. Y no es que se trate de una técnica poco ortodoxa para hacer un granizado en casa, este sistema se utiliza en muchos restaurantes de alta cocina porque se puede obtener un elemento con mucho sabor (y con el sabor que se desee) y una textura diferente para completar un plato.
A continuación podéis ver lo fácil que resulta hacer nieve de pomelo, de naranja, de mandarina, de limón o de cualquier otro cítrico, ya que es tendencia el uso de cítricos asiáticos que en occidente no se han establecido como cultivo tradicional.
En primer lugar hay que pelar la fruta a lo vivo, ya os explicamos qué significa pelar a lo vivo aquí, se trata de retirar la piel exterior y también la fina piel que envuelve cada gajo de los cítricos.
Después hay que retirar los gajos cortándolos también a la vez que se separa de su fina piel. Recordad que si ponéis un plato debajo y reserváis lo que sobra, podéis recuperar el zumo de pomelo o de naranja para utilizarlo en cualquier elaboración, por ejemplo haciendo una vinagreta.
Una vez obtenidos los gajos de pomelo sin piel, se colocan en una bandeja con papel vegetal y se introducen en el congelador. Y una vez que se han congelado, se rallan con un rallador fino, y listo, se obtiene nieve de pomelo que quedará ideal para servir con algún postre, por ejemplo con un contundente bizcocho de chocolate.