A veces nos habéis hecho llegar la consulta sobre cómo hacer clavo de olor en polvo, pues es una especia que en nuestra cultura gastronómica habitualmente se utiliza entera, de este modo es muy fácil aromatizar las elaboraciones culinarias de forma sutil y elegante, después se retiran los clavos y listo. Y es que el clavo (Syzygium aromaticum o Eugenia caryophyllata) es una especia con un aroma y un sabor muy intensos, y su uso debe ser comedido.
No obstante, hay muchas mezclas de especias tradicionales que incorporan clavo de olor molido. Sabemos que lo venden en este formato, igual que la mayoría de especias, pero lo cierto es que no lo hemos comprado nunca, así como hay especias que compramos tanto enteras como molidas, como puede ser la pimienta negra, hay otras que nos negamos a comprarlas convertidas en polvo, pues de este modo pierden su aroma y sabor a mayor velocidad, y si no es una especia que se consuma muy habitualmente…
Además, si molemos nosotros las especias, tenemos la certeza de lo que tiene, tanto si hablamos de clavo o nuez moscada, como si nos referimos a las mezclas de especias o masalas. El caso es que, aprovechando que hoy preparábamos clavo de olor molido para hacer una de nuestras mezclas de especias para postres y repostería de otoño e invierno, hemos hecho un par de fotos para acompañar el proceso tal y como lo hacemos nosotros.
Es muy sencillo, y seguramente muchos de vosotros no tendréis ninguna duda en cómo hacerlo, pero quienes nos han preguntado seguramente agradecerán la respuesta, pues algunas personas han intentado moler los clavos en un mortero y no consiguen el polvo fino que necesitan. Y es que el clavo de olor es una especia dura a pesar de que se trata de los brotes de la flor del clavero (o árbol del clavo).
Por cierto, si queréis conocer más detalles sobre el clavo de olor, su origen, sus características, qué cocinas lo utilizan, qué recetas se pueden elaborar con esta especia… os recomendamos leer este post en el que hay buena información. Ahora os contamos cómo hacemos el polvo de clavo de olor, y no es más que utilizando un molinillo de café.
Con este pequeño electrodoméstico es más fácil que con otros procesadores de alimentos moler las especias, por su potencia y porque la capacidad es pequeña, y normalmente se precisa moler pequeñas cantidades de especias. Hay quien tiene un molinillo de café exclusivamente para las especias, aunque a día de hoy son muy pocos quienes muelen el café a diario para tomar esta bebida, así que la mayoría de personas utilizan el molinillo de café con otros fines.
Así pues, después de moler los clavos en el molinillo de café, prácticamente se tiene lista la especia en polvo, pero como es tan dura, quedan partes que no terminan de romperse, y tampoco es cuestión de insistir mucho porque el molinillo se puede quemar, además las especias sueltan su grasa y tampoco es lo que interesa, pues pierden con ello su aroma y sabor. Por lo tanto, una vez que se ha molido durante unos segundos, es necesario tamizar lo que se ha obtenido, se puede hacer con un colador fino.
Después de recuperar el polvo de clavo de olor, si se desea, se puede volver a moler lo que ha quedado troceado, dependiendo de cuánto se haya apurado antes. Por cierto, en la segunda foto podéis ver cómo colamos el clavo de olor molido para obtener el polvo más fino, pero está junto a una vaina de vainilla seca que también hemos troceado y molido para la mezcla de especias que os comentábamos y que pronto compartiremos con vosotros. Esto es puede dar una idea de cómo aprovechar esas vainas de vainilla que habéis utilizado para aromatizar unas natillas, un arroz con leche… después se puede secar y moler para aromatizar más postres o repostería casera.