Lo dice el refranero español, el que parte y reparte se queda la mejor parte, aunque no debe ser el lema de un anfitrión cuando tiene invitados a comer o a cenar. Pero quizá no siempre es así, sobre todo cuando se trata de una elaboración culinaria por la que se suspira y con la que al individuo se le olvida que amar es compartir.
Esto le debe suceder al autor del vídeo que hemos encontrado en Foodbeast y que podéis ver a continuación, en él se muestra cómo cortar una pizza para compartir, y quedarse con la mejor parte sin que los demás se den cuenta. Claro, hay que partir de una pizza grande, familiar por lo menos.
Se define como una persona desinteresada, suponemos que generosa, pero cuando se trata de compartir una pizza no es capaz de reprimir la ansiedad por tener cantidad suficiente para saciar su apetito. Así que, suponemos que conociendo la técnica para cortar un pastel y que no se seque que os mostramos aquí, ha ideado cómo engañar a sus invitados sirviendo una pizza a la que le falta una buena porción para su deleite, y que no se enteren.
La pizza hay que servirla cortada en cuñas para que los invitados no se den cuenta de que falta un trozo. ¿Podría cortarse la pizza, retirar dos porciones y presentar el resto separadas en el plato?, ¿creéis que vuestros comensales se darían cuenta de que falta pizza?
El método que os llamará la atención para cortar la pizza, reservarse unas buenas porciones y que los comensales no se den cuenta consiste en cortar primero una tira central de dos o tres dedos (según el grosor de los dedos y el tamaño de la pizza), con ello se obtienen dos mitades pero no se dispone de un círculo, sino de un óvalo, por lo que hay que retirar otra tira central en el otro sentido. En el vídeo se aprecia mejor que explicándolo con palabras.
Ahora sí se dispone de cuatro cuartos de pizza que se unen y forman un círculo, lo que parece una pizza completa. Ya sólo queda cortar cada cuarto de pizza en cuñas y servir. ¿Vosotros lo haríais?