Como habéis visto en varias de nuestras recetas, nos encantan los espárragos blancos, y desde que visitamos un cultivo de espárragos de Navarra hace unos años, nos hemos aficionado a comerlos crudos, principalmente en ensaladas, como la que recientemente hemos compartido con vosotros, que además de estas deliciosas yemas lleva arándanos, frambuesas, frutos secos… Pues bien, hay distintas formas de preparar los espárragos blancos crudos para incluirlos en nuestros platos, y aunque ya lo explicamos en las recetas, lo vamos a comentar también de forma independiente.
Seguramente hay muchísimas personas que no han probado todavía los espárragos blancos frescos, y es que a diferencia de los espárragos verdes, que abundan en cualquier rincón del país, incluso en cualquier estación del año, no son muy habituales en los mercados de fuera de la Comunidad Foral, pero parece que cada vez llegan más. Ahora bien, como también os hemos comentado en otras ocasiones, hay que leer bien en la etiqueta que los acompaña que además de estar envasados en Navarra, también han sido cultivados allí, pues con esto ha habido mucho fraude. A menudo proceden de Perú o de China.
También ayudará saber que la temporada de los espárragos de Navarra va de abril a junio, según informa el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Espárrago de Navarra. Resulta curioso que las principales recomendaciones de consumo que proporciona esta entidad sea cociéndolos, cuando frescos en crudo son otro manjar. Así que nosotros os animamos a probarlos, seguramente muchos os aficionaréis también.
Es muy fácil preparar los espárragos blancos frescos para una ensalada, a continuación os vamos a explicar cómo los limpiamos y cortamos nosotros, y aunque se le pueden dar otras formas de presentación, el corte en finas láminas resulta muy agradable en el paladar. No obstante, también os mostraremos recetas en las que incorporamos el espárrago crudo en daditos, por ejemplo en un tartar.
Para limpiar los espárragos blancos simplemente hay que ponerlos bajo el chorro de agua fría, hay que cortar la base que es dura y fibrosa, y a continuación se deben pelar, pues la capa superficial también es fibrosa. Para pelarlos lo mejor es utilizar un buen pelador de vegetales. La piel que se retira de los espárragos blancos va desde la base (ya tierna) hasta donde empieza la yema, ésta no se pela.
Una vez que el espárrago está pelado, es momento de proceder a laminarlo, para lo que se puede utilizar el mismo pelador de vegetales. Para que sea más fácil, hay que empezar a cortar desde la base hasta la punta. Nosotros lo hacemos sosteniendo el espárrago en la mano, pero quien no se sienta cómodo puede posarlo sobre la mesa de trabajo, y asegurarse de que lo sujeta bien para poder realizar un corte entero.
El espárrago fresco suelta mucha agua, por lo que no irá mal tener papel de cocina absorbente al lado para secarse la mano que sostiene el espárrago y evitar que resbale. Cuando ya queda poco espárrago por cortar, será necesario apoyarlo en la mesa de trabajo y hacerlo con la parte cortada hacia abajo, entonces se procede a cortar, de nuevo de abajo a arriba, sosteniendo el espárrago presionando con los dedos en la base. Si os cuesta, basta con reservar los trozos que no se pueden cortar para hacer un caldo, una crema de verduras… aunque también se podrá picar para añadirlo a otra ensalada.
Esperamos que esta explicación os sirva de ayuda para saber cómo cortar espárragos blancos frescos para comerlos crudos, y también nos gustaría que quienes disfrutáis habitualmente de los espárragos blancos frescos, compartierais vuestras recetas, somos muchos los que querremos probarlas.