Hace unos días os hablábamos de la posibilidad de utilizar uvas congeladas para enfriar bebidas como el vino o el cava sin que se aguaran, además de proporcionarles un aspecto atractivo y de poder terminar la copa como cuando terminamos un vermú comiendo las aceitunas, aunque en este caso serían uvas.
Las uvas de mesa se pueden congelar, mejor dicho, todas las uvas se pueden congelar, seguramente sabéis que hay un tipo de vino que se elabora con las uvas congeladas, el denominado icewine, eiswein o vino de hielo que se hace en países con climas muy fríos como Alemania o Canadà entre otros, la uva sobremadurada se congela en la cepa con las primeras heladas del invierno. Pues bien, vamos a ver cómo congelar uvas en casa.
Hay quien prefiere congelar las uvas cortadas por la mitad y despepitadas, también hay quien las congela enteras sumergidas en agua e incluso quien las tritura y congela su zumo. Todas estas opciones las podéis tener en cuenta, y ahora os contamos lo que hacemos nosotros, congelamos las uvas de la forma más sencilla, fuera del racimo (desgranado), enteras, simplemente bien lavadas y bien secas.
Una vez limpias y secas colocamos las uvas sobre una bandeja bien extendidas, sin que se monten entre ellas, esta bandeja la introducimos en el congelador y la dejamos hasta que las uvas están congeladas. El tiempo dependerá del congelador, cuanto más baja sea la temperatura más rápido se congelarán y esto es bueno porque el producto sufre menos.
Cuando las uvas están congeladas se pueden pasar a una bolsa con cierre de cremallera, tipo Ziploc, y cerrarla sin que guarde aire en su interior, de este modo ocupan el mínimo espacio posible y no están pegadas entre ellas, de esta forma será fácil coger la cantidad de uvas que deseemos cuando las necesitemos.
Hay que decir que después de este proceso las uvas no resultan igual que frescas, la congelación rompe las paredes celulares de la fruta y cuando se descongela su textura es más blanda, las uvas parecieran que son cremosas, así que tienen que gustar.
El tiempo que se determina para mantener la fruta congelada sin que pierda muchas propiedades es de entre 6 y 12 meses. Ahora que este temporada de uvas es un buen momento para congelarlas y poder disfrutar de esta fruta en primavera si apetece comerla o incluirla en algunas recetas. Lo que tenemos que probar es lo que propone Jamie Oliver, seguro que a vosotros también os encantará, se trata de tomar como postre unas uvas negras congeladas con chocolate y aguardiente de orujo, aunque con los dos primeros nos basta.