Con el aumento del consumo de tofu por parte de las personas que han decidido reducir el consumo de proteína animal, nos habéis hecho llegar en varias ocasiones la consulta sobre cómo guardar o conservar este alimento vegetal, así que hoy vamos a ver uno de los sistemas que seguramente os va a interesar, y es que el tofu también se puede congelar. Hay que decir que, como sucede prácticamente con cualquier alimento, la congelación cambia un poco su textura, pero no deja de ser más que aceptable.
De hecho, hay quien lo prefiere para algunas recetas porque después de congelado, el tofu tiene una textura más porosa y esto favorece que absorba los sabores de los ingredientes y condimentos con los que se hace la marinada o se cocina. También adquiere una textura ideal para desmenuzar el bloque de tofu y utilizarlo como alternativa a la carne picada, aunque para eso quizá sea más apropiada la soja texturizada.
En cualquier caso, vamos a ver cómo congelar tofu firme, es muy sencillo y a veces necesario para evitar el desperdicio de este alimento, pues a más de uno le habrá quedado en alguna ocasión (o en varias) un resto de tofu en un táper que ha acabado estropeándose en la nevera. Hay que tener en cuenta que una vez abierto el paquete de tofu, su periodo de conservación se reduce, por lo que si no tenéis pensado gastarlo en tres o cuatro días, lo mejor es congelarlo.
Nuestro sistema para congelar tofu es escurrirlo muy bien en primer lugar, pues, aunque no lo parezca, tiene mucha agua. Para ello, lo envolvemos en papel de cocina absorbente y le ponemos un peso (una olla grande, por ejemplo), para que le ayude a expulsar agua. Cuando el papel de cocina está chorreando lo cambiamos, y lo dejamos al menos una hora (haciendo los cambios que sean necesarios, dependiendo de la marca necesita escurrir más o menos).
Cuando el tofu está bien prensado y escurrido, lo cortamos en dados, es como lo cocinamos a menudo, y después lo introducimos en una bolsa con cierre de cremallera (tipo Ziploc) o en una bolsa de vacío, y la cerramos intentando sacar el máximo de aire. Para estas cosas solemos utilizar este sencillo sistema de vacío, el Click-it System, es fácil y rápido de hacer. Pero si no tenéis nada similar, seguro que conocéis el truco de la pajita para extraer el aire de la bolsa Ziploc.
También está la opción de envolver el tofu primero en film transparente y después introducirlo en una bolsa. Y otra forma de prepararlo para congelar si se desea que los daditos de tofu queden sueltos, es congelarlos extendidos en una bandeja y después, una vez congelados, introducirlos en una bolsa y cerrarla bien.
No hay que olvidar anotar en la bolsa o en el paquete que se haga, la fecha de congelación y el contenido. El tofu congelado se puede conservar aproximadamente seis meses. Y cuando queramos descongelar el tofu deberemos proceder como hacemos normalmente con otros alimentos, dejándolo en el frigorífico unas horas antes.
Durante la congelación, el tofu habrá vuelto a coger agua, por lo que después de descongelarlo será necesario volver a escurrirlo para que al cocinarlo pueda absorber los sabores de los ingredientes con los que lo vamos a preparar. Si queréis ideas para hacer de esta proteína vegetal, bastante insípida, una delicia, podéis consultar algunas de nuestras recetas con tofu aquí. Por cierto, una vez descongelado el tofu no se puede volver a congelar, y se debe consumir en un par de días.