La carne cocinada con hueso siempre resulta muy jugosa y sabrosa, y para muchas personas, uno de los mayores disfrutes de estos manjares está en, después de disfrutar de la carne, dejar los huesos limpios. Hoy las protagonistas son las alitas de pollo, resultan muy sabrosas y jugosas porque la carne está adherida al hueso, porque se suele conservar la piel al cocinarlas y ésta aporta grasa, y por el método o los ingredientes con los que se cocina. A menudo se sirven con una salsa para mojar, y no siempre resulta cómodo no poder morder un trozo de jugosa carne mojada en una sabrosa salsa porque nos dejaríamos los dientes con los huesos.
Comer alitas de pollo no facilita el ejemplo de elegancia en la mesa, evidentemente no es algo indispensable, es una comida para disfrutar comiendo con las manos y pellizcando con los dientes la carne de estos pequeños miembros de las aves, igual que comían nuestros ancestros. Pero puede darse el caso de que en alguna ocasión se quiera disfrutar de unas alitas de pollo fritas, al horno, a la barbacoa… con cierta ‘formalidad’. Recordemos que comer con las manos está aceptado en el protocolo, dicho esto, veamos cómo comer las alitas de pollo sin que molesten los huesos.
A continuación podéis ver un vídeo en el que nos muestran lo sencillo que resulta retirar los huesos de las alitas de pollo, concretamente la parte central del ala, la que cuenta con los dos huesos. Es fácil porque el pollo está bien cocinado y ya sabéis que se separa fácilmente del hueso.
Visto el vídeo, ¿qué os parece el método para comer alitas de pollo de forma elegante y cómoda, sin tener que apurar los huesos con los dientes? Nosotros no lo hemos puesto en práctica, pero sabemos que este truco o consejo es real, ahora bien, también estamos seguros de que habrá ocasiones en las que no será posible extraer los huesos de las alas de pollo con la misma facilidad por la cocción proporcionada.
Queremos que veáis otros vídeo algo cómico sobre cómo comer las alitas de pollo como una dama, sirva también para los caballeros, por favor, que estamos en el siglo XXI.
Para comer las alitas de pollo de forma elegante no hay que utilizar los cuchillos, además de ser una odisea, ya os hemos comentado, comer con las manos está bien visto, además de ser un placer. La técnica del segundo vídeo es la misma, se trata de hacer juego con los huesos para separarlos de la carne y entre ellos, al estirar, hay que extraer primero el más fino y después el más grueso. Se extraen con cierta facilidad, según vemos en los vídeos, y dispondremos de una pieza de carne de pollo exquisita, lista para mojar y/o morder, y satisfacer nuestro gusto por esta comida.