Según Bruce Friedrich, director ejecutivo de The Good Food Institute, las proteínas de origen vegetal están en pleno auge y así se demuestra en las estadísticas y los estudios de tendencias, pero si la alimentación sostenible se ha de convertir en la corriente principal y las empresas quieren maximizar las ventas de estos productos, deberían evitar utilizar las etiquetas que definan a un alimento como vegetariano o vegano. La razón que argumenta es que este etiquetado puede hacer pensar que se trata de un producto alimenticio destinado únicamente a las personas que son veganas o vegetarianas.
Bruce Friedrich proporciona una serie de consejos que tienen el cometido de mostrar a las empresas cómo aumentar las ventas de los productos vegetarianos y veganos, quizá suena algo chocante que recomiende evitar el etiquetado indicado, pero tiene sentido, de hecho, muchas empresas estadounidenses que trabajan con alimentos derivados de los vegetales ya siguen esta regla, sustituyen las mencionadas descriptivas por “alimento sin carne”, “alimentos elaborados con productos vegetales”, etc.
Merece la pena recordar que The Good Food Institute es una organización estadounidense sin ánimo de lucro que promueve una alimentación basada en alimentos vegetales, así como de productos derivados del cultivo celular como, por ejemplo, la carne cultivada. Esta organización trabaja con investigadores, inversores y empresarios para el desarrollo de proyectos alimentarios innovadores, seguros y respetuosos con el medio ambiente, que resulten asequibles y deliciosos para los consumidores, un ejemplo es su colaboración en el desarrollo de la leche sintética Perfect Day, una bebida que según comentan, permite disfrutar del sabor de la leche y de sus propiedades, evitando los problemas asociados a la producción láctea industrial.
Según los resultados de algunos estudios, como el realizado por la Escuela de Economía de Londres (London School of Economics) y que podéis consultar aquí, se constató que si los platos vegetarianos de un menú se trasladaban a la sección principal o general de una carta, la venta se incrementaba en un 56%. Al encontrarse estos platos en una sección separada del menú principal y con la etiqueta “vegetariana”, hacía que las personas que no son vegetarianas (al menos una parte) ni siquiera consideraran dar un vistazo a la oferta. La conjetura de Bruce Friedrich es que vegano y vegetariano representan segmentos diferentes, por lo que no es la forma más inclusiva para la comercialización de productos de estas dos tendencias alimentarias.
Para llegar a los consumidores que no son vegetarianos o veganos, en términos de marketing es preferible utilizar la descriptiva proteína de origen vegetal, que utilizar las descriptivas “V”, siendo el mejor modo de dar a conocer estos productos y acelerar el cambio hacia una alimentación más saludable y sostenible. Bruce Friedrich cree que el hecho de no utilizar esas descriptivas en el etiquetado no hará que las marcas pierdan clientes veganos, ya que estos clientes encuentran los productos adecuados a sus necesidades y no necesitan un etiquetado específico.
Según la teoría del director ejecutivo de The Good Food Institute, iniciativas como la anunciada por la CE para proporcionar una definición legal para la comida vegetariana y vegana, no tendrían mucho sentido si no es necesario identificar un producto como vegano o vegetariano en favor de la inclusión alimentaria, favorecería que más consumidores prueben estos productos y poco a poco se sumen a la corriente de la alimentación saludable. Posiblemente la EVU (European Vegetarian Union) organización que aglutina a los vegetarianos europeos, no esté de acuerdo con esta idea, ya que ha luchado para que su logotipo esté presente en los productos específicos y que sea una guía para los consumidores veganos, para que puedan encontrar rápidamente sus productos en las estanterías de los supermercados.
En este artículo de Food Navigator explican otras formas de aumentar la venta de alimentos de origen vegetal, por ejemplo, describirlos de un modo más indulgente en el etiquetado, en algunos casos, evitar incluir la descriptiva asociada al carácter saludable de un producto, ya que esto lleva a algunos consumidores a decir que la comida sabe peor, cosa que no ocurre si el mismo producto evita este tipo de definiciones (siempre dependiendo del país y de la zona de comercialización).
Los consejos de Bruce Friedrich son interesantes, es cierto que una buena parte de consumidores evitan dar un vistazo a un producto etiquetado como vegetariano, por lo que eliminar la descriptiva puede aumentar la posibilidad de que se les presten atención. Aunque quizá es preferible abogar por la educación y las campañas informativas para que los consumidores prueben estos productos, ya que es necesario realizar una distinción poniendo en valor el carácter saludable y respetuoso con el medio ambiente de estos alimentos. Por cierto, no todos los productos vegetarianos o veganos son saludables, también es necesario leer el listado de ingredientes de estos productos alimenticios para decidir si entran en nuestra cesta de la compra.
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