En Gastronomía & Cía hemos hablado en varias ocasiones de las bacterias resistentes a los antibióticos, microorganismos resultantes del uso y abuso de los antibióticos, tanto en seres humanos como en animales. En el caso de los animales de granja, estos fármacos se han utilizado con fines no terapéuticos con el propósito de prevenir enfermedades, mejorar el rendimiento, el engorde y las malas prácticas de la crianza animal. Como resultado, las bacterias patógenas generan resistencia a la acción de estos fármacos poniendo en riesgo la seguridad alimentaria.
Se calcula que cada año mueren unas 700.000 personas por infecciones de bacterias resistentes a los antibióticos, a esto hay que sumar que cada vez más animales no responden a los tratamientos cuando están enfermos, haciendo que una de las herramientas médicas más importantes sea ineficaz y desprotegiendo a seres humanos y animales de enfermedades que antaño eran perfectamente tratables. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) alerta sobre esta amenaza mundial para la salud pública, la seguridad alimentaria, la producción animal y el desarrollo agrícola y económico, de hecho, hace unos meses realizó un llamamiento para que se dejaran de utilizar estos fármacos en las granjas, de ello hablábamos aquí.
El aumento de la producción de animales de granja ha llevado a un aumento del uso de los antibióticos, uso que se espera que se duplique para el año 2030, lo que inevitablemente provocará una mayor inefectividad de los fármacos en los tratamientos de seres humanos y animales de granja, aumentando el número de muertes por infecciones que se trataban perfectamente con los antibióticos. La FAO explica que los antibióticos son muy importantes para el tratamiento de enfermedades de seres humanos, animales y plantas, pero se deben aplicar de forma responsable y sólo cuando realmente son necesarios.
Por tanto, es imperioso que, para poder seguir contando con una herramienta médica de importancia, se invierta en políticas y prácticas agrícolas responsables que prioricen la prevención de infecciones. Recordemos que el mes pasado, el Parlamento Europeo aprobó una serie de reglas que restringen el uso de antibióticos en las granjas de producción animal, prohibiendo su uso con fines no terapéuticos en animales. Este es un gran paso en la lucha contra la resistencia de las bacterias a los antibióticos, sin embargo, y dado que en otros países no se aplica una política adecuada contra el uso de estos fármacos, esta prohibición no sirve de mucho.
En Estados Unidos la política de la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación sobre el uso de antibióticos en los animales) se basa en una serie de recomendaciones que son de carácter voluntario, a pesar de que se sabe que en realidad se necesita una legislación que prohíba el uso de los antibióticos con fines no terapéuticos. Por tanto, no nos debe extrañar que casi el 80% de la carne que se comercializa en Estados Unidos tiene bacterias resistentes a estos fármacos. Otro país que se puede citar como promotor de esta resistencia es la India, en la avicultura se están utilizando antibióticos de último recurso como la colistina, fármaco considerado una de las últimas armas contra las bacterias polirresistentes, lo que favorece que se puedan crear superbacterias resistentes a los antibióticos.
La resistencia a los antibióticos se describe como un fenómeno natural de evolución en el que los microorganismos patógenos pierden la sensibilidad a los efectos de los fármacos. El abuso y mal uso de los antibióticos acelera este proceso natural, por lo que cada vez será más complicado tratar infecciones y enfermedades que hasta no hace mucho se podían tratar bien con los fármacos. La resistencia se asocia a enfermedades de mayor duración en personas y animales, aumento de la mortalidad, pérdidas en la producción en el campo de la agricultura, la ganadería y la acuicultura, lo que se traduce en una amenaza a la salud mundial, el medio de vida y la seguridad alimentaria.
Se necesitan prácticas higiénicas correctas en la producción alimentaria, el procesamiento y distribución de alimentos a fin de mantener la su inocuidad y minimizar la transmisión de las bacterias resistentes a los antibióticos de animales a personas a través de la cadena alimentaria. Merece la pena retomar la lectura de este post sobre el papel de la agricultura y la ganadería en la prevención del desarrollo de la resistencia de las bacterias a los antibióticos, veréis un vídeo en el que se explican varias cuestiones, ¿qué es la resistencia a los antibióticos?, ¿cómo se vuelven resistentes los microorganismos a estos fármacos?, ¿cómo se propaga esta resistencia?, ¿qué consecuencias tiene?, ¿cómo se puede abordar el problema y qué soluciones se proponen?, etc.
La FAO comenta que existen cinco principales desafíos en la lucha contra las infecciones resistentes a los antibióticos en la agricultura y la alimentación:
1. Implementar prácticas agrícolas más sostenibles que prioricen la prevención de infecciones en los animales, para tener cultivos más sanos y una menor necesidad de antibióticos.
2. Las regulaciones y la supervisión no existen en todos los países para garantizar el uso responsable de los antibióticos en la producción agrícola y ganadera, véase el caso de Estados Unidos, por ejemplo.
3. Las bacterias resistentes a los antibióticos y los residuos de estos fármacos están presentes en los desechos de la producción agrícola, la fabricación farmacéutica y las aguas residuales humanas.
4. Existen brechas de conocimiento importantes en muchos países del mundo sobre el uso de los antibióticos, la resistencia que generan los microorganismos, y la magnitud de estos problemas.
5. Los cambios en el uso de los antibióticos solo en la agricultura no serán suficientes para combatir las infecciones resistentes a los antibióticos.
Merece la pena acceder a este enlace de la FAO para saber qué esfuerzos está realizando esta organización contra la resistencia a los antibióticos, información que ha actualizado con motivo de la celebración de la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos que se celebra del 13 al 19 de noviembre. La FAO ha trabajado junto a la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la Organización Mundial de Sanidad Animal poniendo a disposición de todo el mundo material informativo sobre este grave problema que amenaza la salud y la seguridad alimentaria mundial.