Según los estudios realizados durante los últimos años, las estadísticas muestran que crece el número de personas que deciden seguir una dieta vegana, una dieta basada en alimentos vegetales que descarta los alimentos procedentes de los animales. Su crecimiento varía dependiendo del país, pero en todos coincide que los que más impulsan esta dieta son los consumidores más jóvenes. Si hablamos del Reino Unido, durante los últimos 10 años el número de consumidores que dicen ser veganos ha crecido un 350%, son personas que han decidido seguir este estilo de vida por diferentes cuestiones, como mejorar la salud y el bienestar animal, por motivos religiosos, medioambientales, etc.
Hablando de salud, es interesante saber cómo afecta al organismo una dieta vegana durante el primer año, pues según las investigaciones más recientes, es una dieta que puede ofrecer numerosos beneficios a la salud, pero siempre que esté bien planificada. Para las personas que durante su vida han llevado una dieta omnívora en la que no han faltado las proteínas de origen animal, iniciarse en una dieta vegana puede conducir a cambios significativos en el organismo, así lo afirma Sophie Medlin, profesora de nutrición y dietética en la Universidad King’s College de Londres.
La profesora explica que durante las primeras semanas siguiendo una dieta vegana, se puede notar un impulso energético al eliminar la carne procesada que se encuentra en muchas dietas omnívoras, y sustituirla por frutas, verduras, frutos secos, etc. Este tipo de alimentos aumentarán el nivel de vitaminas, minerales y fibra, se producirán diferentes cambios en la función intestinal pudiendo experimentar un patrón saludable más regular, pero también problemas como un aumento de la hinchazón provocado por los gases, una digestión más lenta, etc., esto se debe al mayor contenido en fibra que proporciona la dieta, así como al aumento de la cantidad de carbohidratos que fermentan en los intestinos, lo que podría derivar en el síndrome del intestino irritable, causando dolores abdominales y cambios en el tránsito intestinal, alternando períodos de estreñimiento con descomposición o diarrea.
El problema se puede solventar, según Sophie Medlin, conduciendo a cambios positivos en la flora bacteriana que habita en el colon, esto dependerá de si la dieta está compuesta por alimentos ultraprocesados y carbohidratos refinados, o si está bien planificada y equilibrada, que incluya alimentos frescos y harinas integrales, entre otras cosas. No es un hecho probado científicamente, pero los expertos creen que una gran diversidad de la flora intestinal es beneficiosa para el organismo. A partir de los tres meses y hasta los seis meses, la dieta vegana en algunas personas puede conducir a mejorar problemas como el acné, sin embargo, las reservas de vitamina D podrían reducirse, ya que sus principales fuentes son la carne, el pescado graso, los huevos y los lácteos, este es un problema del que no se tiene conciencia hasta que es demasiado tarde.
La vitamina D es un nutriente esencial para la salud ósea y muscular, su deficiencia se ha relacionado con el cáncer, con algunas enfermedades cardíacas, con la depresión, con las migrañas, con la pérdida de la densidad ósea, con enfermedades autoinmunes, etc. La experta comenta que esto se debe a que las reservas de vitamina D en el organismo duran unos dos meses, duración que varía dependiendo de la época del año en la que una persona decida iniciarse en una dieta vegana, ya que el organismo puede producir vitamina D a partir de la luz solar, ampliando la duración de las reservas.
Quienes siguen esta dieta deben asegurarse de que consumen suficientes alimentos que estén fortificados con esta vitamina, o consumir suplementos que ayuden a mantener su nivel, especialmente en los meses de invierno. Seguir la dieta vegana equilibrada, con un mínimo de sal y de alimentos ultraprocesados durante unos meses, proporciona importantes beneficios para la salud cardiovascular, previene los derrames cerebrales, las enfermedades coronarias y reduce el riesgo de sufrir diabetes. A medida que se reduce la ingesta de nutrientes como el zinc, el calcio y el hierro, el organismo mejora su absorción, se produce una adaptación que puede ser suficiente como para evitar deficiencias, aunque esto no ocurre en todas las personas, otras deberán suplir las carencias con suplementos.
A partir de los seis meses, la dieta vegana provoca que se agoten las reservas de vitamina B12, vitamina hidrosoluble esencial para el funcionamiento correcto del cerebro, el sistema nervioso, así como para la formación de la sangre y de diferentes proteínas. Su deficiencia puede provocar anemia, pérdida de peso, alteraciones neurológicas, aparición de trastornos gastrointestinales, etc. Prevenir su deficiencia es simple, o bien se consumen alimentos enriquecidos con esta vitamina, o se toman suplementos para mantener un correcto nivel en el organismo. La experta advierte que su deficiencia anularía muchos de los beneficios que puede proporcionar una dieta vegana, suplementarse con vitamina B12 siendo vegano es imprescindible.
Tras unos años siguiendo esta dieta los huesos notarían los cambios de la alimentación, ya que el esqueleto es un almacén de minerales, pero a partir de los 30 años ya no absorbe minerales, por lo que es muy importante que durante los primeros años de vida se aporte el suficiente calcio al organismo. A partir de los 30 años, el organismo utiliza el calcio del propio esqueleto y si este elemento no se repone a través de la dieta los huesos se vuelven poco resistentes y quebradizos.
Existen algunos alimentos vegetales, como la col rizada o el brócoli, que son ricos en calcio y pueden proteger la salud ósea, pero parece ser que muchos veganos no cumplen con los requerimientos de calcio, por lo que tienen un mayor riesgo (30%) de sufrir fracturas de huesos en comparación con quienes siguen una dieta vegetariana u omnívora. Por otro lado, el calcio que se obtiene de los alimentos vegetales es más difícil de ser absorbido por el organismo, de ahí que sean necesarios también los suplementos y alimentos enriquecidos con este mineral.
Sophie Medlin explica que una dieta vegana bien equilibrada tiene implicaciones beneficiosas para la salud, el equilibrio de nutrientes es un factor clave, por lo que hay que vigilar las deficiencias antes comentadas. Seguramente hay mucho más que añadir, así como señalar otros problemas y beneficios existentes por seguir una dieta vegana, de ello podremos hablar próximamente, seguramente a muchas personas le interesará saber cómo iniciarse en una dieta vegana y disponer de información de calidad sobre cómo debe ser la alimentación para no tener ningún tipo de carencia. De momento, si queréis conocer más detalles de las explicaciones de la profesora, podéis obtenerlos a través de este artículo publicado en The Conversation.
Foto 1 | Adam Clark