Según la tesis de la investigadora Susanne Akterin del Instituto Karolinska (Suecia), la comida rápida está asociada al riesgo de sufrir Alzheimer. Las conclusiones de la investigadora se basan en un experimento realizado con ratones que han sido modificados genéticamente para que presenten una variante genética denominada apoE4, variante asociada al riesgo de sufrir Alzheimer en determinados grupos étnicos humanos.
Quienes presentan en su genética dos alelos de E4 tienen hasta 30 veces mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, esta particularidad se presenta en un 20% de la población. La investigadora muestra la asociación fast food y Alzheimer, aunque hay que decir que nos referimos a aquella comida rápida que presenta un alto contenido en azúcares, grasas y colesterol malo (lipoproteína de baja densidad LDL).
Se alimentó a los ratones durante un periodo de nueve meses con este tipo de alimentación habitualmente asociada al conocido Fast Food, transcurrido este tiempo se estudió el cerebro de los ratones, los investigadores percibieron cambios químicos significativos muy parecidos a los que se producen en el de los seres humanos que padecen la enfermedad.
Al parecer, el tipo de alimentación había provocado una modificación de los niveles de la proteína TAU aumentándolos e impidiendo el funcionamiento normal de las neuronas y conduciéndolas a su muerte. La investigación muestra además que se alteraron otras sustancias de gran importancia para la comunicación neuronal.
En investigaciones anteriores se ha demostrado que una reducción de la ingesta de antioxidantes y el estrés oxidativo, aumenta el riesgo de sufrir Alzheimer, lo que no deja lugar a dudas, es necesario mantener una alimentación sana y equilibrada para reducir el riesgo de parecer esta enfermedad.
Claro que si trasladamos los resultados a los seres humanos, es decir, el ciclo de vida de un ratón se establece entre 9 y 12 meses, esto sería darle de comer a un ser humano comida rápida durante toda su vida, algo que no ocurre en la realidad. Sin embargo, los resultados obtenidos muestran que existe una relación entre el consumo excesivo de grasas y los factores genéticos desencadenantes de la enfermedad.
Recordemos que hoy por hoy el Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa incurable y se siguen buscando terapias más efectivas que eviten la acumulación de las proteínas TAU, con una dieta saludable se podría reducir el riesgo de la enfermedad, sobre todo en aquellas personas que tienen una predisposición genética a padecerla.
La investigadora indica que estos resultados son un primer paso en la lucha contra el Alzheimer, pero se necesitan realizar nuevos estudios. Para conocer más detalles sobre él, se puede consultar la página web del Instituto Karolinska.
Foto | Depositphotos