Comida rápida con exceso de maíz, así se desprende de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hawai, en el que se pretendía descubrir cuál era la base alimentaria de los animales utilizados para abastecer a la industria de la comida rápida. En la investigación también se contemplaba la incidencia de los fertilizantes en la alimentación proporcionada a los animales y la fuente de grasas utilizada para elaborar las patatas fritas y otros productos.
Para ello se tomaron hasta 480 muestras alimentarias de comida rápida pertenecientes a las cadenas de fast food más importantes de Estados Unidos, Burger King, Wendy’s y Mc Donald’s.
El método que emplearon los expertos se basaba en el análisis químico de isótopos estables de nitrógeno y carbono. Los isótopos estables son la herramienta con la que se determina si el animal del que se obtuvo la carne consumió pienso artificial, trigo, maíz o cualquier tipo de alimento. El método se basa en los ciclos fotosintéticos cuya impronta queda reflejada en el animal y a su vez en los alimentos que se derivan de él. Podemos recordar, por ejemplo, que hace un par de meses se utilizaba este método para determinar la calidad del cerdo ibérico de Guijuelo.
La preocupación viene por el aumento del consumo de fast food durante los últimos años y acrecentado durante los últimos meses ante la crisis económica, los propios investigadores tachan de desproporcionado este crecimiento. El caso es que para poder optimizar los costes productivos, los productores mantienen unas estrategias alimentarias con los animales que pueden ser contraproducentes con el medio ambiente y con el ser humano. La idea es maximizar el crecimiento del animal proporcionándole una buena fuente de calorías y reduciendo al máximo el gasto calórico que realice.
Los expertos analizaron los isótopos estables de carbono y nitrógeno de cada producto de las cadenas de fast food y determinaron el alto contenido de carbono 13, elemento muy característico del maíz que estaba presente en casi todos los alimentos analizados, de hecho, sólo 12 muestras pertenecientes a Burger King mostraban una alimentación distinta al maíz. Con respecto a las patatas fritas, el estudio determina que cada compañía de fast food fríe sus productos en distintas sustancias, siendo éstas diferentes a las que aparece en la leyenda nutricional del producto final.
Lo más significativo de las conclusiones ofrecidas es el excesivo uso de fertilizantes basados en nitrógeno con los que se han desarrollado los campos de cultivo utilizados para la alimentación animal. La aplicación masiva de fertilizantes nitrogenados muestra el alto grado de contaminación medioambiental, las plantas sólo pueden absorber la mitad de los fertilizantes utilizados y el resto se filtra en el suelo accediendo a los ríos y acuíferos, es decir, la contaminación por nitratos es excesiva.
La mayoría de los alimentos provenían de animales alimentados exclusivamente con maíz super fertilizado con lo que la contaminación que están produciendo estas compañías de comida rápida es enorme. El estudio podría servir como apoyo para denunciar a todas estas compañías y obligarlas a que detallen los ingredientes de sus preparados y su origen. Además, se podría obligar a que la dieta de los animales fuera más equilibrada, con lo que la alimentación humana sería más saludable y se preservaría en mayor medida el medio ambiente.
Más información | PNAS (Procedings of the National Acdemy of Sciences)