Las grandes compañías alimentarias de Estados Unidos, como Kraft Foods, Kellogg Co., Hershey o General Mills entre otras, impulsan la comida preparada ante la crisis económica y no dudan en realizar grandes inversiones publicitarias para convencer a los consumidores de que es preferible disfrutar de una pizza preparada en casa que comer una pizza en un restaurante. Lo mismo ocurre con aquellos productos concebidos para el desayuno, Kellogg Co promueve sus cereales como una alternativa más rica y económica en lugar de disfrutar de un desayuno ofrecido en cualquier bar o restaurante de comida rápida.
Recordemos que no hace mucho hablábamos del aumento del consumo del fast food como consecuencia de la crisis económica, especialmente aquellos productos que resultan más económicos y que conforman el fast food puro y duro. Las grandes multinacionales lo tienen claro, hay que fomentar la comida preparada ante la crisis económica.
Parece evidente que la situación es totalmente favorable para todas aquellas compañías de comidas preparadas y por ello, no dudarán en aprovechar la oportunidad para incrementar su presencia en el mercado, de ahí que se hagan campañas publicitarias más efusivas. Los fabricantes no han querido rebajar el valor de sus productos y orientan la publicidad realizando una comparativa con todo aquello que tenga que ver con el consumo alimentario fuera del hogar.
Tomamos como ejemplo a la compañía Kraft, durante los dos últimos años ha aumentado las inversiones publicitarias y se espera que este año se superen los 200 millones de dólares. La razón es la caída del consumo de sus productos, por eso, en lugar de reducir los precios, consideran más efectivo mostrar al consumidor lo baratos que resultan frente a las demás opciones alimentarias. Los consumidores comparan precios y valoran, y terminan proporcionando mayor rentabilidad a estas compañías que están logrando poco a poco quitar cuota de mercado a las cadenas de comida rápida.
De esta información se podría deducir que se va a producir una guerra publicitaria entre las cadenas de fast food y las empresas de alimentos preparados, la crisis económica provoca que los consumidores busquen las alternativas más adecuadas para el ahorro, evidentemente la comida rápida es una de ellas, pero las cadenas de distribución alimentaria pretenden desviar la atención hacia los productos que ofrecen. Si hasta hace poco conocíamos que el consumo de fast food se había incrementado significativamente augurando grandes beneficios para el sector, hoy los analistas informan una caída de la venta de sus productos a partir de ahora y a lo largo del próximo año.
Las empresas de alimentos preparados evitan subir los precios de sus productos como consecuencia de la subida de las materias primas, y todo gracias al aumento significativo de sus ventas. Basta con conocer los resultados económicos que han mostrado durante el segundo trimestre del año para darse cuenta de ello. Kraft logró un avance del beneficio neto durante el segundo trimestre de un 21,4% y las demás compañías también han experimentado aumentos significativos en sus beneficios.
Parece evidente que se realice una fuerte campaña promocional de los productos que ofrecen los fast food e incluso se rebajen algunos precios a fin de evitar la pérdida de cuota de mercado augurada por los analistas. El sector más afectado será el sector de la alimentación saludable, frutas y verduras resultarán productos excesivamente caros y muchos consumidores terminarán disfrutando de la comida rápida o de alimentos preparados, un punto muy negativo para luchar contra el sobrepeso y la obesidad.
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