Comida antes que combustible, Food Before Fuel, este es el lema con el que un grupo de compañías norteamericanas, Kroger o Kellogg’s entre otras, tratan de coordinar esfuerzos para intentar reducir la producción de biocombustibles en Estados Unidos. Se trata de una gran campaña en la que también participan diversas instituciones y asociaciones como la Asociación Nacional de Hostelería, la Asociación de Fabricantes de Productos Alimenticios o el Instituto Norteamericano de la Alimentación.
La idea no es en absoluto eliminar la producción de biocombustibles, pero sí reducir la producción lo suficiente como para que el mercado asimile poco a poco los cambios, facilitando que los precios no sigan aumentando como lo han hecho hasta ahora.
El Gobierno norteamericano tiene previsto duplicar la producción de biocombustibles en un corto plazo de tiempo, algo que muchas compañías agroalimentarias no aceptan, dado que culpan del trepidante aumento del precio de los alimentos a los biocombustibles.
Es evidente que la actual crisis alimentaria se ha dado por varios motivos, recordemos el post Causas de la subida del precio de los alimentos a nivel mundial, pero como hemos indicado en otras ocasiones, quizá uno de los principales detonantes ha sido la elaboración de biocombustibles, a pesar de que haya quien reste importancia o incluso diga que los biocombustibles no tienen nada que ver en el asunto.
Podemos decir que la acción que están tomando las compañías norteamericanas se asocia perfectamente al ruego que realizaron un grupo de expertos participantes en la cumbre que la FAO celebró recientemente bajo el título Seguridad Alimentaria Mundial, los Retos del Cambio Climático.
Los expertos solicitaban entonces que los alimentos fueran considerados por encima de los biocombustibles y de nuevo se realiza dicha solicitud pero con más contundencia. Es difícil saber si esta nueva campaña mediática contra los biocombustibles tendrá efecto en el Gobierno norteamericano. De todos modos creemos que aunque se redujera la fabricación de biocombustibles, la situación no cambiaría mucho. Recordemos que existen otros problemas graves que provocan la fuerte subida del precio de los alimentos desde los más básicos.
El precio del petróleo, la creciente demanda de alimentos por parte de nuevos mercados como comentábamos en La influencia del mercado chino en el aumento de los precios de los alimentos, las catástrofes naturales o los alimentos subsidiarios son algunas de las causas que han provocado llegar a este punto en relación con la alimentación en el mundo.
Pero volviendo a la noticia, el caso es que la iniciativa proyectada bajo el lema Comida antes que combustible intentará convencer a los congresistas estadounidenses para que apliquen una serie de cambios legislativos y arancelarios a fin de frenar la producción de biocombustibles. Por su parte, los que están a favor de la producción de biocombustibles indican que, según palabras textuales, “los efectos del etanol sobre el precio de los alimentos son exagerados y citan estudios que muestran que el aumento del precio del crudo, la debilidad del dólar y, posiblemente, la especulación en materias primas contribuyen más a la inflación”.
Algo de razón tienen, ya lo hemos visto en numerosas noticias, son varias las causas pero, ¿habrá que empezar a pulir cada una de ellas no? Y como los biocombustibles son también parte del problema, ¿por qué no empezar por ellos?
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