Una investigación realizada por expertos de la Universidad de Surrey (Reino Unido) concluye que comer en movimiento podría favorecer el sobrepeso ya que propicia el despiste y el aumento de la ingesta de alimentos. Según los investigadores, comer sobre la marcha, como por ejemplo caminando, es una forma de distracción mucho más potente que comer viendo la tele o manteniendo una conversación.
Se baraja la posibilidad de que la acción de caminar pudiera interrumpir la capacidad de procesar el impacto que tiene la comida que se ingiere en el hambre que se tiene, o bien que el ejercicio que se está realizando al caminar pueda ser una justificación para comer más, sea para la reposición de energía o como una recompensa. Los expertos explican que cuando no nos concentramos en los alimentos que tomamos y cómo los comemos, caemos en una especie de trampa en la que comemos sin control y no somos capaces de reconocer la cantidad de comida que hemos consumido.
En la investigación se analizó a un grupo de 60 mujeres que fueron divididas en tres grupos, a todas ellas se les proporcionó una barrita de cereales que deberían comer en tres situaciones diferentes. A un primer grupo de mujeres se les pidió comer la barrita mientras veían durante 5 minutos una serie televisiva, al segundo grupo se le pidió comer la barrita de cereales mientras caminaban por un pasillo y al tercer grupo que se la comieran sentadas conversando con un amigo.
Tras concluir el experimento, se pidió a las participantes que rellenaran un cuestionario y que realizaran una prueba de sabor, en esta última prueba se les invitaba a comer diferentes aperitivos, chocolate, uvas, palitos de zanahoria y patatas fritas, los investigadores procedieron a analizar lo que comieron las participantes. Los resultados mostraron que aquellas participantes que se comieron la barrita de cereales mientras caminaban comieron muchos más aperitivos que el resto de participantes durante la prueba de sabor, destacando la preferencia por el chocolate, siendo la cantidad de este alimento hasta cinco veces mayor que la que consumieron los otros dos grupos del estudio.
La principal responsable del estudio, la profesora Jane Ogden, explica que caminar y comer al mismo tiempo puede favorecer el sobrepeso, pero también cualquier otra forma de distracción, como comer mientras se trabaja delante del ordenador o se recoge la casa. Hacer otras tareas mientras se come también puede provocar comer en exceso sin darse cuenta, y evidentemente, un exceso de alimentos puede conducir al aumento de peso y por tanto a sufrir sobrepeso.
La experta explica que esto no ocurre si nos concentramos totalmente en la comida, ya que somos más conscientes de lo que ingerimos y la respuesta al hambre que sentimos no se distorsiona. Por tanto, como siempre nos han enseñado, lo mejor a la hora de comer o tomar un tentempié, es sentarse y disfrutar del comer sin elementos de distracción. De todos modos sería interesante poder corroborar la asociación entre comer en movimiento y el riesgo de sufrir sobrepeso, quizá el hecho de haber realizado algún tipo de ejercicio físico mientras se comía provoca que el organismo demande más alimento para reponer la energía.
La investigación que hemos conocido a través de este artículo de la Universidad de Surrey, ha sido publicada en la revista científica Journal of Health Psychology.
Foto | Jessie Jacobson