Es necesario comer bien para nutrir nuestro cerebro, ya que éste consume alrededor de un 20% de la energía que ingerimos a través de la alimentación. Principalmente se nutre de la glucosa que se obtiene tras la metabolización de los hidratos de carbono, y si es insuficiente, son las proteínas y las grasas las que lo “alimentan”, pero hay que saber que no es lo recomendable, ya que se producen alteraciones en el metabolismo corporal.
Esto nos muestra, por ejemplo, que no son nada convenientes las dietas en las que se prohíben los carbohidratos. Y es que gracias a una alimentación equilibrada, además de encontrarnos físicamente bien, gozaremos de una buena salud “cerebral”, ya que propicia el desarrollo de una buena memoria, concentración en nuestras tareas, estudios o trabajos intelectuales.
Quizá te parezca curioso, pero es así, el cerebro necesita alimentos sanos igual que el resto de nuestro organismo. Las grasas, por ejemplo, son más difíciles de digerir y provocan la ralentización de la circulación sanguínea, produciendo una mayor fatiga en el corazón y en el cerebro.
Mientras que los hidratos de carbono, considerados el carburante del cerebro, son indispensables para que las neuronas obtengan diariamente su dosis de energía, los impulsos eléctricos serán perfectamente conducidos, así como el transporte de oxígeno a las células, se mantendrá la regulación del sistema nervioso y se verá favorecida la concentración y la actividad neuronal.
Además de los hidratos de carbono, nuestro cerebro necesita vitaminas del grupo B y vitamina E, entre otras, las vitaminas garantizan la construcción de células nuevas y la adecuada oxigenación del tejido cerebral.
También son necesarios los minerales, como el potasio, el magnesio y el zinc y oligoelementos como el litio, el silicio, el selenio y el cromo. Los ácidos grasos Omega 3 y su acción sobre los radicales libres, preservan al cerebro del envejecimiento, esto es parte de las recomendaciones de tomar pescado para tener una “mente en forma”, además, el pescado estimula la producción de mielina, el revestimiento de los nervios que son responsables de la transmisión cerebral.
En épocas de exámenes o de mayor necesidad de concentración laboral, no es necesario aumentar la ingesta de alimentos, pero si hay que cuidar la dieta para proporcionar a nuestro cerebro los nutrientes necesarios. Olvídate de salir de casa con un vaso de leche bebido, la falta de glucosa afectará, sin duda, al rendimiento intelectual.
En definitiva es lo de siempre, una dieta equilibrada nos proporciona salud en cuerpo y mente.
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