Igual que el buen pan, los colines no pueden faltar en nuestra despensa, de los comerciales hay pocos que hayan conseguido fidelizarnos como clientes, pero en casa no dejamos de hacer distintos tipos de colines, palitos, picos, grisines… generalmente nos gusta añadirles sésamo porque le aportan un sabor especial y textura, incluso en estos Colines de harina de garbanzos que os recomendamos probar.
Hacer estos Colines es un juego de niños, de verdad, si tenéis niños en casa podéis prepararlos con ellos, se lo pasarán tan bien que querrán volver a entrar en la cocina, y si les gustan los colines (seguro que les encantan) será estupendo, pues son muy nutritivos y saludables, apropiados incluso para las personas intolerantes al gluten. Tomad nota de la receta a continuación, y cuando tengáis una hora libre los podéis preparar. Y recordad que si tenéis Thermomix podéis hacer harina de garbanzo en casa.
Ingredientes
- 150 gramos de harina de garbanzos
- 30 gramos de fécula de maíz (Maizena)
- 30 gramos de semillas de sésamo
- 40 gramos de aceite de oliva virgen extra
- 90 gramos de agua
- 4 gramos de levadura en polvo (de repostería)
- 3 gramos de sal
- 1 gramo de azúcar (1/2 c/c).
Elaboración
Precalienta el horno con calor arriba y abajo a 200º C. Pon en un cuenco la harina de garbanzos, la harina de maíz, la levadura, la sal, el azúcar y las semillas de sésamo. Mezcla bien todos los ingredientes secos y a continuación incorpora el agua y el aceite.
Amasa con una espátula o rasqueta de panadero hasta que tengas una pasta homogénea, pero no será elástica como la masa de pan, se puede moldear como la plastilina. Prepara la bandeja del horno cubriéndola con teflón o papel vegetal y forma los colines.
Toma porciones de masa y hazla rodar entre las dos manos hasta conseguir pequeños bastoncitos, ve posándolos en la bandeja del horno.
Cuando el horno haya alcanzado la temperatura, introduce la bandeja y hornea los colines durante 20-25 minutos, hasta que estén crujientes y se hayan dorado ligeramente. Al retirarlos del horno, pásalos a una rejilla para que se enfríen.
Unos sabrosos colines sin gluten y con mucho sabor, ya están listos para disfrutarlos solos o acompañando otros alimentos. ¡Buen provecho!