El próximo 6 de noviembre, en el Estado de California se votará la denominada Proposición 37, como sabemos, en esta reglamentación se concreta que la industria alimentaria debe etiquetar aquellos alimentos que contienen ingredientes transgénicos. Los consumidores exigen con el voto afirmativo a la proposición, su derecho a saber sobre los alimentos que consumen, deben poder tener la posibilidad de elegir si desean o no consumir alimentos que han sido modificados genéticamente por las empresas biotecnológicas. No se habla de si son beneficiosos o perjudiciales, simplemente que sean identificados, algo que como sabemos no aprueba la industria alimentaria y por ello ha estado trabajando durante estos meses en una campaña contra el etiquetado transgénico. Ahora entran en juego los cocineros de Estados Unidos posicionándose a favor de la Proposición 37, algo que agradecen muchos consumidores.
Aunque la votación es en California, recordemos que la salida adelante de esta proposición triunfando el derecho a saber, sentaría precedente para que el proyecto de ley se aplicara en todo Estados Unidos, algo que temen los grandes de la industria agroalimentaria. Pues bien, más de 700 cocineros de Estados Unidos están a favor de la Proposición 37, algunos son de reconocido prestigio, como por ejemplo Dan Barber, chef propietario de varios restaurantes que ha sido galardonado con varios premios y reconocimientos, David Bouley del Restaurante Bouley, el eco chef Terry Bryant, Louise Alice Waters, una reconocida cocinera de California que trabaja sobre todo con ingredientes orgánicos, etc.
Parece ser que cada vez se suman más cocineros a la iniciativa, y como hemos indicado, no sólo de California, de cualquier punto del país, ese posicionamiento quizá les pueda perjudicar en colaboraciones para anuncios u otras iniciativas con las empresas del sector de la alimentación, pero no les importa, creen que es totalmente necesario que los consumidores puedan tener derecho a saber y por ello se suman a la lucha para una legislación transparente e informativa sobre los alimentos transgénicos. Podríamos pensar que los cocineros han tardado un poco en posicionarse públicamente, al menos la mayoría y especialmente los que no residen en el Estado de California, tan sólo faltaba un pequeño empujón, el que ha dado Louise Alice Waters.
La chef pensó que además de votar a favor de la Proposición 37, tenía que hacer algo más. Coincidió que Carlo Petrini, el fundador del movimiento Slow Food visitó el condado de Sonoma (California) y tras escuchar su discurso, la chef se convenció de que ella y sus compañeros de profesión debían ser más activistas, pues contribuiría a decantar la balanza haciendo que fracasara definitivamente la campaña paralela puesta en marcha por la industria alimentaria, en contra del etiquetado transgénico de los alimentos. Carlo Petrini visitó el condado para hablar, supuestamente, del movimiento Slow Food, pero su discurso se inició con el tema de actualidad, la Proposición 37.
Alice Waters empezó a contactar con cocineros mediante correo electrónico, pidiendo a los chefs que prestaran su apoyo a la campaña, esta acción la llevó a cabo el viernes pasado, el lunes por la mañana 100 cocineros ya se habían pronunciado e inscrito en el texto a favor de esta proposición, otros 200 fueron captados a través de las redes sociales, el martes ya se habían inscrito y posicionado a favor del «derecho a saber» 516 cocineros y el goteo continúa, cada vez son más y se convierten en la voz del sector de la restauración favorable a la Proposición 37.
Algunos chefs comentan sobre otros alimentos, que los comensales preguntan por las calorías, la procedencia de la carne, de las verduras o de cualquier otro producto que están consumiendo en el menú, es lógico querer saber, lo que no se puede pretender es negar esa información a los consumidores sumiéndolos en la completa ignorancia. Como decía, no se habla de si los alimentos modificados genéticamente son perjudiciales o no, simplemente se habla de transparencia. Ahora una reflexión interesante, si la industria agroalimentaria se opone a esa transparencia, ¿qué quiere decir esto?, podéis sacar vuestras conclusiones.
El chef Peter Hoffman comenta que evitar utilizar alimentos con ingredientes transgénicos se está convirtiendo en una tarea complicada, como ejemplo cita el vinagre blanco, parece ser que el que más se comercializa en los supermercados estadounidenses es el que se elabora con maíz y la deducción lógica es que se trate de maíz transgénico, pero sin la etiqueta oportuna no se sabe. Algunos cocineros como Dan Barber indican que él y su equipo trabajan en la ingeniería genética (ironía), explica que en el Centro Stone Barns para la Alimentación y la Agricultura tiene una granja que suministra algunos alimentos que se utilizan en sus platos, pero son alimentos obtenidos mediante selección genética y cruzamiento, algo que los comensales no vn con buenos ojos hasta que el chef les explica lo que hacen, lo dicho la transparencia facilita las cosas.
Claro que estos procedimientos nada tienen que ver con los que llevan a cabo las empresas biotecnológicas, modifican e insertan los genes que les interesan (en ocasiones de especies diferentes) a voluntad, algo que nunca ocurriría en la naturaleza. Dan Barber se muestra tajante, nunca van a apoyar esos procedimientos, y mucho menos ocultar la información tal y como se está haciendo actualmente, la esperanza está en la salida adelante de la nueva reglamentación. Podéis conocer todos los detalles sobre el apoyo de los cocineros estadounidenses a la Proposición 37 a través de este artículo del periódico digital The New York Times.
Foto | CarighttoKnow