El salmón ha pasado de ser un pescado de consumo ocasional y especial, a ser un alimento muy habitual que podemos encontrar en todo tipo de celebraciones y, por supuesto, en los menús de diario, de ahí que ahora se denomine el “pollo de mar”. Pero cada vez son más las personas concienciadas con el bienestar animal y la sostenibilidad ambiental que dan la espalda al salmón de piscifactoría. Se citan problemas como el uso de antibióticos u otros productos químicos, el uso de pescado salvaje (descartes) para alimentar a los salmones o la falta de calidad del pescado, porque no se puede comparar con la calidad del salmón salvaje, etc.
Se destaca el papel que tiene este pescado de piscifactoría en la disminución de las poblaciones de salmón salvaje y también podríamos añadir que los salmones de piscifactoría están obesos, deprimidos, sordos, sufren escoliosis y tienen piojos de mar, un problema que año tras año crece y al que no parecen poder dar solución las piscifactorías, de ello hablábamos aquí. Pero, ahora el problema es mucho más grave, de ello hablaban en este artículo del periódico digital The Guardian. Está en marcha una campaña en la que varios cocineros manifiestan estar en contra del salmón de piscifactoría en Reino Unido por los motivos antes argumentados.
Restaurantes de hotel, cafeterías, restaurantes con estrella Michelin… cada vez son más los establecimientos de Reino Unido que se suman a dar la espalda al salmón de piscifactoría. Varios informes muestran que la población de salmón salvaje del Atlántico en Gran Bretaña ha disminuido drásticamente desde la década de 1970, algo asociado a la cría industrial de salmón. Algunos expertos comentan que en este sentido y como ya hemos comentado, las piscifactorías sufren infestaciones de piojos de mar, parásitos que pueden dispersarse e infectar al salmón y la trucha de mar salvajes con consecuencias desastrosas.
El incremento de la temperatura del mar y las micromedusas han provocado un aumento significativo de la muerte de salmones en las piscifactorías escocesas, que según un informe de la Inspección de Salud Pesquera de Escocia, se duplicaron en el año 2022 llegando a 15 millones de ejemplares. El sector escoces del salmón advierte que, además de los piojos de mar y la crisis climática, existen otros problemas que provocan la disminución de las poblaciones de salmón salvaje como, por ejemplo, la calidad del agua o la pérdida de hábitats, lo que ha provocado que la densidad de población del salmón escocés se encuentre entre las más bajas del mundo, hay que tener en cuenta que Escocia es un país destacado en la producción de salmón, pescado que supone el 40% de sus exportaciones alimentarias totales.
Algunos restaurantes famosos por sus platos de salmón y que trabajan con este ingrediente desde hace mucho tiempo, han decidido abandonar el producto al considerar que tienen una responsabilidad para con su calidad y supervivencia, y es que creen que se debe gestionar de forma correcta este recurso alimentario, algo que no sucede en la actualidad. Por ello, se ha optado por otro tipo de pescados, como la trucha de piscifactoría de Cornualles, que ahora se ha convertido en éxito de ventas.
Por supuesto, el sector del salmón argumenta que este es un boicot y hay intereses comerciales. Argumenta que en 2021 el 95% de las piscifactorías de mar de salmón, no utilizaban antibióticos u otros productos químicos, cuentan con certificados que avalan la calidad, expedidos por Aquaculture Stewardship Council (Certificadora de la acuicultura), que trabaja en el desarrollo de iniciativas que reduzcan o eliminen los impactos clave del cultivo de salmón, a la vez que hará que la producción de salmón será económicamente viable.
Muchos de estos cocineros abogan por la sostenibilidad y la responsabilidad, y es que se asocian más problemas a la cría intensiva de salmón además de los citados, recordemos que un estudio de la Universidad de Melbourne, concluía que el salmón de piscifactoría sufre sordera debido al crecimiento acelerado que experimentan, crecimiento que causa alteraciones en el tamaño y composición de los otolitos (pequeños cristales que se encuentran sobre los cilios de las células sensoriales).
El caso es que a pesar de la cobertura mediática de la campaña, su impacto por ahora es limitado, quizá se si se unen cocineros y consumidores de otros países, se logren los objetivos marcados. Podéis conocer todos los detalles de la noticia a través de este artículo publicado en el periódico digital The Guardian.
Foto 2 | Vika