En el mes de agosto Coca Cola manifestaba que quería que los consumidores dejaran de preocuparse por las calorías, por ello la empresa había decidido brindar apoyo económico y logístico a una nueva organización sin ánimo de lucro que tenía como finalidad identificar e implementar soluciones innovadoras basadas en la relación entre consumo de energía y gasto energético. Coca Cola apoyó a Global Energy Balance Network como una posible solución para orientar a los consumidores que lo realmente importante no eran las calorías ingeridas, sino la actividad y ejercicio físico que se realiza para quemarlas.
El Grupo Coca Cola explicaba que la prensa científica y los medios de comunicación culpan continuamente a la comida rápida, las bebidas azucaradas, las comidas excesivas, los snacks, etc., por la epidemia de obesidad que se está sufriendo, asegurando que no existían evidencias científicas que avalasen esta relación. Estas declaraciones indignaron a una parte de la comunidad científica que ha llevado a cabo estudios que demuestran claramente dicha relación, por ello se acusó a Global Energy Balance Network desde un primer momento de sesgo de información científica, es decir, se presentaban informes de investigaciones, dependiendo de las características y dirección de los resultados obtenidos.
Pues bien, tanta polémica y controversia en torno a la nueva organización científica ha tenido sus consecuencias, la organización que supuestamente luchaba contra la obesidad ha anunciado el cese de su actividad científica al desaparecer los recursos con los que contaba, ya que se han devuelto las contribuciones económicas de Coca Cola debido a que esta empresa había sugerido a la organización cambios en la declaración de objetivos, delatando que la compañía tenía una clara intención de inclinar la balanza a su conveniencia.
Parecía que Global Energy Balance Network pretendía desplazar el centro de atención de la dieta hacia la falta de ejercicio como principal causa de la obesidad, por ello, el presidente del Center for Science in the Public Interest (GBEN) declaró que la nueva organización estaba vendiendo una tontería supuestamente científica, ya que existen evidencias claras y constatadas en la relación de causalidad entre las bebidas azucaradas y la obesidad, así como la necesidad de realizar ejercicio.
Se descubrió que la página web del GBEN estaba registrada a nombre de Coca Cola, también que recibió un apoyo económico de un millón de dólares, sin embargo, esta nueva organización aseguraba que Coca Cola no interfería en las investigaciones y que quien tenía el control eran los investigadores de esta organización. Pero se filtraron unos correos electrónicos a la prensa en los que se mostraba que los directivos de Coca Cola habían estado celebrando reuniones y teniendo conversaciones telefónicas para discutir en profundidad las actividades y objetivos de GBEN, lo que delata el peso que Coca Cola tenía en esta organización supuestamente independiente.
Parece evidente que Coca Cola tenía la intención de utilizar a esta organización para emitir comunicados relacionados con la obesidad, centrándose en cuestiones alejadas del abuso de los refrescos y bebidas azucaradas. Global Energy Balance Network no ha querido convertirse en una marioneta de Coca Cola y cambió su declaración, si anteriormente se aseguraba que la organización llevaba la batuta, en nuevas declaraciones informaba que habían devuelto las donaciones por ser una distracción importante para la labor de la nueva organización. Dado que no contaban con suficientes fuentes de financiación para seguir con su actividad, han tenido que abandonar el proyecto (al menos de momento).
En la página web de GBEN podemos leer el mensaje “Effective immediately, GEBN is discontinuing operations due to resource limitations. We appreciate the commitment to energy balance that the membership has demonstrated since our inception, and encourage members to continue pursuing the mission “to connect and engage multi-disciplinary scientists and other experts around the globe dedicated to applying and advancing the science of energy balance to achieve healthier living”. La organización explica los motivos antes indicados por el cese de su actividad.
Según leemos aquí, Coca Cola sale al paso declarando que no existía un suficiente nivel de transparencia en sus relaciones con la organización GBEN, se puede decir que la intención es ocultar a toda costa la dudosa relación entre las empresas y la investigación sobre cuestiones nutricionales. Merece la pena recordar la colaboración de Coca Cola con la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (AAFP) para promocionar las dietas saludables, varios artículos de la AAFP pretendían orientar y educar sobre el papel que desempeñan las bebidas y refrescos azucarados en la alimentación y el estilo de vida, de ello hablábamos aquí.
Varios son los motivos que impulsan a Coca Cola y a otras compañías dedicadas al mundo de los refrescos y las bebidas azucaradas, a intentar que sus productos sean vistos de otro modo, es algo que llevan a cabo desde hace años coincidiendo con la información que se vierte sobre los efectos perjudiciales de estas bebidas. Coca Cola ha provocado el cese de actividad de Global Energy Balance Network y las razones parecen evidentes, no se puede estar promoviendo la actividad física como una solución a las enfermedades crónicas, el sobrepeso y la obesidad, silenciando uno de los puntos más importantes, la nutrición y el control de la ingesta calórica.
No se puede manipular la información científica según intereses y conveniencia, muchas organizaciones científicas cuentan con argumentos de peso para dejar al descubierto las incoherencias de esos estudios que se presentan y que tienen como finalidad confundir a la población. Merece la pena retomar la lectura de este estudio de PLos Medicine en el que se concluye que aquellas investigaciones que cuentan con la financiación de compañías como Coca Cola, Pepsi, u otras relacionadas con el mundo de las bebidas azucaradas, tienen hasta cinco veces más posibilidades de determinar que no existe asociación entre el consumo de refrescos azucarados y el aumento de peso.
Otro ejemplo a citar es la opinión de David Allison, un reconocido científico estadounidense, responsable en el año 2011 de un centro de investigación de la obesidad en la Universidad de Alabama. Este investigador aseguraba en su momento que los estudios realizados hasta la fecha no eran lo suficientemente rigurosos y no se podía asegurar que esos alimentos y bebidas considerados poco saludables, estuvieran relacionados con el alto índice de obesidad. El experto fue criticado, ya que supuestamente tenía relaciones comerciales con The Coca Cola Company, PepsiCo y American Beverage Association, pagando a David Allison para generar dudas en el consenso científico y en la población, de ello hablábamos aquí.
En definitiva, otro intento fallido que se suma a la lista de iniciativas de Coca Cola para intentar evitar la relación entre consumo de refrescos azucarados y obesidad.
Foto | Simon Shek