El lenguaje gastronómico evoluciona, se generan nuevas palabras para definir conceptos, estilos, tendencias, etc. Una de las nuevas palabras relacionadas con la dieta y la comida que está creando tendencia es climariano o climatariano, término que define a aquellas personas que basan su dieta en alimentos que contribuyen lo mínimo posible en el cambio climático. Como ya hemos comentado en varias ocasiones, determinados alimentos tienen un impacto significativo en el clima, ya que su producción se asocia a una alta emisión de gases de efecto invernadero, un ejemplo es la carne, se considera un importante motor del cambio climático porque el sector ganadero contribuye en el 15% de las emisiones de dichos gases, cantidad equivalente a las emisiones generadas por todos los vehículos del mundo.
Es una nueva tendencia cuyo principal objetivo es revertir o frenar el cambio climático, para ello se consumen alimentos que se han producido localmente a fin de reducir el gasto energético asociado al transporte o a los métodos de producción, comer carne de cerdo o de ave en vez de carne de vacuno o de cordero, ya que las dos primeras son las que se asocian a una menor emisión de gases que favorecen el calentamiento global, aprovechar al máximo los alimentos y no desechar partes de éstos que se suelen tirar a la basura, como por ejemplo el corazón de frutas como las manzanas, o la corteza del queso entre otros.
La producción de alimentos contribuye a la emisión de entre un 20% y un 30% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo, siendo uno de los principales alimentos contribuyentes la carne y no sólo por las emisiones que generan los animales a partir de la fermentación que se produce en el sistema digestivo, también por las generadas por los cultivos con los que se alimentan. Más de la mitad de los cultivos que se producen en el mundo se destina a la alimentación animal, éstos se asocian a una mayor emisión de gases que favorecen el calentamiento global que los cultivos que se destinan a la alimentación humana.
Un climatariano consume carne, pero evita la que procede de los animales rumiantes, por otro lado este consumo es reducido, ya que se ha de conjugar la limitación de la emisión de los gases de efecto invernadero y los beneficios que aporta el consumo de determinadas carnes al organismo. Las carnes procesadas son evitadas y la razón es que se considera que utilizan más energía para su elaboración. Los climarianos o climatarianos recomiendan a quienes consumen carne de vacuno y aplican el consejo de reducir el consumo de este alimento, por ejemplo con el día sin carne semanal, que aprovechen al máximo el producto porque el desperdicio de un kilo de esta carne equivale al desperdicio de 24 kilos de trigo.
Se puede comer carne y contribuir a limitar la liberación de gases de efecto invernadero, en el siguiente gráfico podéis ver diferentes tipos de animales productores de alimentos y la emisión de gases asociada a ellos, destacando claramente la carne de vacuno, la carne de cordero y la de cabra muy por encima del resto de carnes, estableciéndose la emisión de gases entre 60 y 70 kilos de CO2 por kilo de alimento. En cambio, con alimentos como la carne de ave, la carne de cerdo, los huevos, el pescado, etc., la emisión de CO2 se sitúa por debajo de los 10 kilos. En un intermedio de entre 30 y 40 kilos de C02 aparecen despojos, grasas animales y otros productos cárnicos como los procesados.
Además de los beneficios para el clima, destacan los beneficios para la salud, recordemos que la OMS (Organización Mundial de la Salud) emitió un informe el pasado mes de octubre en el que se consideraba la carne procesada como un alimento cancerígeno y a la carne roja fresca como probablemente cancerígena, de todo ello hablábamos aquí. Quienes llevan una dieta climatariana consideran que eliminar el consumo de carnes procesadas ayuda al clima y mejora la salud, pero apuntan que comer un poco de carne roja fresca es beneficioso para el organismo, por lo que no prescinden de su consumo, sólo lo limitan.
Si se reduce el consumo se reduce la producción y con ello se puede contribuir a la limitación del aumento de la temperatura global a 2 grados centígrados, al respecto merece la pena retomar la lectura de este post en el que David Chalmers Bryngelsson, investigador de la Universidad Tecnológica Chalmers (Suecia), explicaba que no era necesario llevar una dieta vegetariana para alcanzar los objetivos climáticos.
Se puede comer ocasionalmente carne de vacuno y carne de cordero, pero también es interesante que sea ecológica a fin de limitar lo máximo posible el impacto ambiental. Por otro lado, recomiendan que el resto de alimentos sean preferentemente locales y ecológicos como una de las formas más efectivas para limitar la liberación de gases de efecto invernadero y disfrutar de alimentos de calidad y con mucho sabor. Para informarse con detalle sobre este nuevo movimiento, os recomendamos acceder a la página web Climates.
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