El año pasado podíamos saber, a través de un informe del IGD (Institute of Grocery Distribution), empresa especializada en la investigación de mercados y en asesoramiento a la industria alimentaria, que China era líder mundial en la venta de alimentos online. El volumen de negocio ascendía a 41.000 millones de dólares, y las previsiones auguraban que este mercado crecería de forma significativa para el año 2020 alcanzando un volumen de negocio de 180.000 millones de dólares.
China es consciente de esta situación y parece que no quiere que el canal online sufra los problemas y escándalos alimentarios que han sufrido otros canales de venta, como por ejemplo la contaminación de la leche en polvo con melanina, el uso de aceite de alcantarilla reciclado, el etiquetado fraudulento de carne de vacuno y cerdo, cuando en realidad la carne era de rata o zorro, la comercialización de carne de cerdos enfermos, o la presencia de clenbuterol en la carne, entre otros muchos ejemplos. Por ello, desde el pasado 1 de octubre China ha mejorado la seguridad de los alimentos que se comercializan online mediante un nuevo paquete de regulaciones que deben cumplir todas las empresas que se dedican a la venta de alimentos a través de internet.
Se trata de un estricto conjunto de normas que regulan a productores, operadores, plataformas online de terceros, almacenistas, y servicios de transporte y entrega. Las normativas se recogen en un documento conocido como “Orden 27” y en él se reflejan todas las disposiciones y sanciones a las que se pueden enfrentar quienes están relacionados con el comercio online de alimentos si incumplen alguna de las normas establecidas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de China se ha esforzado para eliminar la opacidad de este canal de venta, mejorando la seguridad alimentaria del comercio online mediante la rendición de cuentas y la transparencia.
Dado el volumen de negocio de este segmento y ante el temor de que los escándalos alimentarios provoquen una estrepitosa caída, se dispone que los productores y comerciantes online deben obtener un licencia de negocio específica para poder comercializar alimentos a través de internet, quienes comercialicen productos a través de una plataforma de terceros van a tener que mostrar su licencia en un lugar visible en la página web de venta, toda la información de los productores deberá ser dada a conocer en un formato que sea fácil de leer.
Quienes se dedican a la venta de suplementos alimenticios deberán incluir una declaración indicando que este tipo de productos no sustituye ni puede utilizarse como complemento a un tratamiento farmacológico. Los alimentos destinados a la infancia, como por ejemplo la leche de fórmula y otros preparados, deberán incluir las credenciales, certificaciones y enlaces correspondientes a las agencias reguladoras que han dado el visto bueno al producto en cuestión. Productores y vendedores deberán garantizar la seguridad del almacenamiento y del transporte de los alimentos que necesitan refrigeración, aislamiento o congelación, es decir, no se romperá la cadena de frío, deberán utilizar los servicios de almacenamiento y transporte adecuados.
Las plataformas de terceros sufrirán el cierre si comercialican alimentos de productores o vendedores que se encuentran bajo investigación por un presunto delito sobre la seguridad alimentaria, han sido sancionados por esta cuestión, han sido detenidos por conductas ilegales que afectan a la seguridad de los alimentos, o de algún modo han sido castigados por las autoridades competentes. Se sancionará a quienes publiquen información sobre un producto alimentario que se comercializa por el canal online que no se corresponda con la información que aparezca en el producto. Los registros de las ventas que se realicen, se mantendrán durante un periodo de seis meses si se trata de alimentos que caducan, si son alimentos sin tiempo específico de conservación, este registro se deberá mantener durante dos años.
Si un consumidor sufre algún tipo de problema de salud a causa de un alimento que haya sido comprado a través de una plataforma online, este podrá exigir daños y perjuicios al vendedor. En el caso de que el vendedor no se pueda identificar, deberá ser la plataforma de venta la que asuma el problema y pague la correspondiente compensación. Se realizarán inspecciones sorpresa por parte de los funcionarios de seguridad alimentaria, éstos podrán recoger muestras, controlar y revisar las actividades de las tiendas online, etc.
Como podemos comprobar, es un gran paso para mejorar la seguridad alimentaria del comercio online de alimentos y devolver la confianza a los consumidores chinos, recordemos que desde hace algunos años prefieren adquirir alimentos importados (antes que los producidos en el país) por la gran cantidad de escándalos alimentarios vividos. Prueba de ello es que, según leemos aquí, en la Orden 27 no se realiza ninguna referencia a la venta de alimentos online procedente de otros países, el reglamento sólo se aplica a las transacciones que se realizan en el territorio.
Foto | Robbert Noordzij