El pasado mes de diciembre el Departamento de Energía de Estados Unidos publicaba una propuesta con la que se permitiría comercializar toneladas de chatarra radioactiva procedente de centrales nucleares para fabricar todo tipo de productos de consumo, incluidos utensilios de cocina. Esta propuesta se lanza en el marco de la política de reutilización de los materiales siempre que sea posible. Parece ser que unas 14.000 toneladas de este tipo de metal, están pendientes de una revisión para poder ser liberados y procesados, cantidad insignificante en comparación con los millones de toneladas de metal que se reciclan anualmente o las que están contaminadas y almacenadas.
Si la propuesta del Departamento de Energía sale adelante, los estadounidenses podrían terminar cocinando en una sartén o cualquier utensilio de cocina fabricado con metales radioactivos reciclados. Parece ser que desde la década de los 80 este departamento y la NRC (Departamento de Seguridad de Materiales radioactivos) han estado tratando de desarrollar un plan para reciclar los desechos radioactivos, para reconvertirlos en materias primas para fabricar bienes de consumo, este material no necesitaría ser identificado y se podrían utilizar para fabricar todo tipo de complementos y accesorios, según las disposiciones de la DOE (Departamento de Energía de Estados Unidos).
Curiosamente y según leemos en la noticia, la propia NRC ofreció un estudio en la década de los 90 en el que se apuntaba la posibilidad de que los productos comerciales resultantes pudieran provocar cáncer, el riesgo se cifraba en 1 caso de cada 286. Ahora se argumenta que estos productos no serán peligrosos y que sólo contendrán una cantidad insignificante de radiación. El hecho de introducir esta materia prima en el mercado y no identificarla, da la voz de alarma. Claro que no es una novedad, ya en el año 2002 la Comisión de Regulación Nuclear de Estados Unidos anunciaba el establecimiento de una normativa para la desregularización y puesta en el mercado de los desechos nucleares.
Esta industria es responsable de haber creado un subproducto muy peligroso del que no pueden deshacerse de una forma barata y segura, millones de toneladas de metales radioactivos se acumulan almacenados, y en vez de asumir las correspondientes responsabilidades, se trata de darle salida y además obtener beneficios, bajo la etiqueta del reciclaje y el respeto medioambiental se pretende introducir un material que podría ser muy peligroso. Incluso el presidente de la Asociación de Fabricantes de Acero del país expresa su preocupación y no sólo por los consumidores estadounidenses, también por los trabajadores de las empresas siderúrgicas que se exponen a estar en contacto con miles de toneladas de chatarra radioactiva reciclada.
El metal radioactivo procede de los reactores nucleares e instalaciones de armamento, el volumen de metal contaminado es realmente elevado y reportaría unos ingresos importantes, pero no hablamos de reciclar materiales como el vidrio, el papel o el cartón, no tiene nada que ver con la propuesta lanzada. Con materiales que en teoría no son peligrosos como puede ser el cartón, recordemos que se ha demostrado que existen peligros en la alimentación contenida en envases de cartón reciclado. Este material se ha utilizado durante años hasta que un grupo de investigadores demostró que el cartón contenía sustancias tóxicas como los elementos químicos de la tinta utilizada en la serigrafía o impresión que podían provocar todo tipo de problemas de salud, inflamación de órganos internos, riesgo de cáncer, etc. Si con el cartón había estos problemas, ¿qué problemas futuros se podrían desvelar del uso de metales radioactivos reciclados? Aplicar el principio de precaución y evitarlos es una obligación.
Dicen en Food & Water que seguramente nadie querría utilizar un chuchillo, una olla o una sartén fabricada con metal radioactivo, por mucho que se garantizase la seguridad, lo cierto es que no se sabe si se podría producir una exposición a dosis de baja radiación que podría acabar con la vida de algún miembro familiar, nos remitimos al estudio del NCR citado anteriormente. En su momento esta propuesta se logró frenar, ahora de nuevo la NRC y la DOE (Departamento de Energía de Estados Unidos) vuelven a la carga intentando desregular los materiales radioactivos peligrosos, por todo ello, tal y como ya aconteció hace algunos años, se vuelve a solicitar que los ciudadanos firmen esta petición para evitar que la propuesta pueda salir adelante.
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