Los champiñones Portobello (Agaricus brunnescens) son una variedad de seta de cultivo deliciosa, son de la misma familia que el champiñón blanco (Agaricus Bisporus), pero ofrecen una textura más firme y tersa, un sabor más dulce y fresco, delicado y seductor.
Como se puede apreciar en las fotos, el champiñón Portobello tiene un sombrero de color marrón tostado, pero su interior es blanco y limpio. Está considerado como el champiñón exótico y dadas sus características, los Portobello son ideales para hacer a la parrilla.
A nosotros nos encanta laminarlos finamente e incluirlos en las ensaladas, con unas gotas de aceite y sal en escamas, pueden realzar el valor culinario de muchos platos. También son aptos para los guisos, para hacerlos a la plancha o para elaborar una salsa que aderece otros platos.
Los champiñones Portobello están recibiendo la atención de los grandes gourmets, tanto por su sabor como por lo atractivos que resultan en la presentación de los platos. La búsqueda de ingredientes de bajo coste para la elaboración de platos de alta cocina con el fin de ofrecer precios medios, también llama a estos champiñones, así que tanta demanda puede lograr que los Portobello sean cada vez más caros (por el momento es moderado, aunque más caro que el champiñón de París).
No obviemos que, además de sus cualidades culinarias, los champiñones son un gran alimento, bajos en calorías y con efecto saciante, lo que los convierte en el aliado de las dietas hipocalóricas, son una excelente fuente de aminoácidos esenciales, minerales como fósforo, cobre, zinc, hierro o potasio, además de carbohidratos y fibra entre otros.
Diversos estudios muestran cada vez más beneficios de los champiñones en general, incluyendo el poder antioxidante y su papel protectora ente ciertos tumores, así que aprovechémonos de todas su virtudes.