Hablando del agua, durante los últimos años hemos conocido algunos estudios que apuntan la necesidad de que la industria de las bebidas y la alimentación empiece a trabajar en un modelo de sostenibilidad inteligente que facilite aprovechar al máximo este recurso. Un ejemplo reciente es el informe emitido por Business in the Community (BITC) del que hablábamos aquí. En este documento se proporcionaban seis pasos clave para alcanzar una gestión sostenible del agua.
Pues bien, hoy queremos hablar de una iniciativa digna de elogiar puesta en marcha por Russ Drinker de Sustainable Silicon Valley, organización que trabaja para mejorar el medio ambiente y la conservación de los recursos naturales, y Lenny Mendonca, propietario de Half Moon Bay Brewing Company, una cervecera artesana ubicada en San Francisco (Estados Unidos). El pasado mes de octubre se creó una variedad de cerveza elaborada con aguas residuales recicladas utilizando tecnología de la NASA, la misma tecnología de reciclaje que han utilizado astronautas como Scott J. Kelly, que recientemente volvió a la Tierra tras pasar un año viviendo en la Estación Espacial Internacional, con el fin de poder determinar el impacto en los seres humanos a nivel biológico, físico y psicológico, por las misiones espaciales de larga duración.
La cerveza fue sometida a un panel de cata formado por expertos en la cata de cervezas, esta prueba a ciegas era un intento de llamar la atención sobre la importancia de utilizar las aguas residuales en favor del medio ambiente e intentar desterrar el denominado “factor asco”. Si nos dicen que una cerveza o cualquier otra bebida ha sido elaborada con aguas residuales, automáticamente aparece el rechazo, se experimenta una sensación de repulsión.
La prueba sobre las cualidades organolépticas de la cerveza fue todo un éxito, los expertos no pudieron diferenciar entre el sabor de una cerveza regular de la marca y una cerveza elaborada con agua residuales recicladas. Russ Drinker manifestó en su momento que esperaba que la nueva variedad de cerveza sirviera de ejemplo de cómo se puede utilizar sin problemas las aguas residuales, considerando que es una de las alternativas de futuro que terminarán introduciendo muchas empresas alimentarias de los países industrializados ante la escasez del recurso. Si las aguas residuales tratadas se pueden utilizar para la elaboración de cerveza, se pueden utilizar para la elaboración de cualquier bebida que contenga agua.
La cerveza no se comercializa, sólo se puede degustar de forma gratuita, ya que en el Estado de California no está legalizada la venta de bebidas que contengan agua residual reciclada, pero esto no le preocupa a la cervecera ni al experto de Sustainable Silicon Valley, su cometido es llamar la atención de los responsables políticos y de los consumidores en general. El objetivo es lograr que se ponga en marcha una legislación que permita que el agua reciclada pueda introducirse en el suministro de agua potable, igual que ya han hecho en otros países, entonces sí se podrá comercializar la cerveza. Hay que tener en cuenta que en este Estado se sufren restricciones de agua por la sequía, una solución para el abastecimiento sería aprovechar al máximo el agua que se desperdicia irremediablemente.
Elaborar cerveza con agua residual reciclada puede parecer un enfoque inusual, pero la realidad es que muchas pequeñas cerveceras artesanales realizan grandes esfuerzos por reducir la huella ambiental, es un claro ejemplo de que esta industria lucha por alcanzar una gestión sostenible del agua y preservar los recursos naturales. Según leemos aquí, los cerveceros artesanales trabajan para intentar ser más “verdes”, implementan tecnologías para el tratamiento de aguas residuales y para reducir la huella hídrica. Y no sólo las cerveceras, otras empresas trabajan en el reciclado del agua residual para poder utilizarla en otras cuestiones, como por ejemplo la limpieza. Los residuos, por otro lado, son utilizados para la producción de metano y electricidad.
Como ocurre a la hora de hablar de los insectos como alimento, sería necesario eliminar prejuicios para que los consumidores aceptaran tomar cualquier bebida elaborada con agua reciclada superando la repugnancia que provoca saber de dónde viene el agua y lo que contenía.