La Paleodieta o dieta del Paleolítico es un tipo de dieta de la que ya hemos hablado en otras ocasiones, su filosofía se basa en comer lo que comían los humanos en la Edad de Piedra (uno de sus periodos), los que defienden y siguen esta dieta aseguran que el organismo del ser humano está diseñado para recibir los nutrientes correspondientes a aquella época, considerando que desde entonces y hasta nuestros días no ha pasado suficiente tiempo para que la selección natural y la evolución hayan facilitado las adaptaciones genéticas asociadas al cambio drástico de dieta que se realizó.
Se han realizado algunos estudios sobre esta dieta considerando que podía ser peligrosa, se evitan muchos alimentos, especialmente los que tienen añadidos químicos y los que son resultantes de la producción industrial, pero se evitan también las legumbres, el grano y los productos lácteos, lo que ha motivado a que algunos expertos en alimentación y nutrición adviertan que no hay que fiarse de una dieta que elimina alguno de los principales grupos de alimentos. El caso es que esta dieta tiene cada vez más seguidores y fruto de ello han aparecido necesidades como la certificación Paleo creada por la Fundación Paleo.
La Fundación Paleo es una organización fundada en el año 2010 que tiene el cometido de fomentar el crecimiento del movimiento de la paleodieta, promover las mejores prácticas en la cría de animales, evitar los problemas medioambientales asociados al monocultivo intensivo de cereales y leguminosas, apoyar a la comunidad que sigue esta dieta y formar una unión que promueva los cambios necesarios para que la producción y tipo de alimentos de la actualidad se adapten a las exigencias de la paleodieta. Una de las medidas que se puso en marcha en el año 2013 fue la certificación de alimentos para quienes siguen la paleodieta, desde que se creó, el número de alimentos que cuentan con esta certificación ha crecido de un modo significativo.
Para satisfacer la creciente demanda de productos paleo verdaderos y verificados, la Fundación creó tres etiquetas con el objetivo de ayudar a aquellos consumidores que limitan su consumo de alimentos de acuerdo a diferentes criterios, salud, sabor, medio ambiente, razones dietéticas, etc. Aseguran que son muchas las personas que hoy en día buscan estas etiquetas de certificación porque les proporcionan confianza y garantías para cumplir con los criterios de la dieta paleo.
Los seguidores de la dieta aumentan a pesar de que los principios en los que se basa se han cuestionado en varias investigaciones científicas, este crecimiento y demanda favorece que cada vez haya más productos certificados por esta asociación (hablando de Estados Unidos). La Fundación Paleo exige como requisitos la ausencia de colorantes artificiales, grano, productos lácteos, legumbres, edulcorantes artificiales, potenciadores de sabor, etc. Si un producto cumple con las exigencias, puede recibir el sello de esta asociación o etiquetas paleo certificadas.
La etiqueta ha sido registrada en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, y sólo pueden utilizarla quienes hayan llegado a un acuerdo contractual con The Paleo Foundation Inc. Su diseño tiene el cometido de facilitar la rápida identificación de aquellos productos alimentarios que cumplen escrupulosamente con las exigencias y restricciones de la paleodieta. Para conocer todos sus requisitos, sus características, tamaño, etc., podéis acceder a este enlace (Pdf).
Actualmente unos 1.000 productos, la mayoría de pequeñas y medianas empresas con una amplia distribución, cuentan con esta certificación, y cada vez son más los fabricantes que la solicitan, algo lógico teniendo en cuenta el número creciente de seguidores y el potencial de negocio que ofrece este nicho de mercado. Desde que se creó la certificación en el año 2013, las solicitudes se duplican año tras año. A pesar de que la dieta es criticada y rechazada, como ya hemos comentado, el debate entre quienes están a favor y en contra se mantiene, muchos expertos apuntan que una buena nutrición implica el equilibrio y la variedad, y la dieta Paleo no cumple este punto y sus beneficios son dudosos.
Esta organización certificadora de gestión privada no está regulada y sus criterios no están bien definidos. En cualquier caso, un fabricante de alimentos tiene la posibilidad de optar por diferentes tipos de certificación, el certificado Paleo, el Paleo Friendly, el PaleoVegan y el Paleo Approved Certification. Además, dicho sello se puede acompañar con la promoción del producto, diversas acciones en boletines de noticias, comunicación a través de redes sociales, etc. Como podéis imaginar, cada opción extra incrementa el coste de la certificación Paleo. La Fundación argumenta que muchas personas buscan etiquetas de certificación que les garanticen que los alimentos cumplen los criterios exigidos y por tanto, tiene mucho sentido su actividad certificadora.
Se podría pensar que se trata de un negocio lucrativo, aunque la Fundación asegura que los beneficios los revierte en la promoción de la dieta y en el trabajo que se realiza por cambiar el modelo alimentario, esto es invertir para el futuro, cuando la certificación tenga suficiente peso y popularidad, ya veremos si mantienen esa línea de actuación, aunque algunos expertos consideran que se trata de una dieta con fecha de caducidad, pero no creemos que sea así.
Algunas grandes compañías alimentarias se han interesado por esta certificación, algo lógico teniendo en cuenta que se trata de un nicho de mercado por explotar que puede reportar interesantes beneficios. No importan los estudios científicos que no avalan la dieta, tampoco las críticas que se vierten sobre ella, compañías como General Mills ya han empezado a certificar algunos productos, a pesar de que no es una certificación regulada mediante legislación. Por otro lado, otras compañías se plantean utilizar el sello el próximo año, promoviendo, en cierto modo, el seguimiento de esta dieta.
Los consumidores se basan en las certificaciones de terceros para garantizar que lo que adquieren es acorde a sus convicciones y principios, libre de gluten, libre de materias primas transgénicas, producto ecológico, paleo certificado, etc., el mundo de las certificaciones crece en base a las exigencias y demandas de los consumidores y del mercado, pero es necesario que estas certificaciones estén reguladas para evitar confusiones, facilitar la decisión de compra y evitar irregularidades, por lo que es fácil deducir que el siguiente paso de la certificación paleo sería una regulación oficial, algo que quizá no conseguiría.
Podéis conocer más información sobre esta certificación, sus variantes, los objetivos de la Fundación Paleo, los nuevos productos que se han certificado, etc., a través de la página web oficial.