Hace más de un año, un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Nature, daba a conocer un descubrimiento realizado por científicos japoneses, habían logrado descubrir la enzima de las cebollas responsable de nuestros lloros cuando las pelamos, con lo que la posibilidad de desarrollar cebollas que no hacen llorar estaba más cerca.
Entonces se planteó la posibilidad de modificar genéticamente las cebollas para eliminar, o al menos reducir, la enzima en cuestión, las cebollas que no hacen llorar planteaban diversas dudas, ¿tendrían las cebollas el mismo sabor?, los investigadores indicaban que sí, ya que la enzima irritante no influía en ningún aspecto relacionado con el aroma o el sabor que desprende este alimento.
Ahora, expertos japoneses y neozenlandeses que trabajan para la empresa Crop & Food Research, acaban de desarrollar una nueva cebolla que presenta hasta 500 veces menos de la enzima irritante que hemos mencionado, con lo que se reducen drásticamente las posibilidades de que la cebolla pueda hacernos llorar cuando la manipulamos. Lógicamente, la nueva cebolla ha sido desarrollada mediante manipulación genética, silenciando el gen responsable de la producción de la proteína sintetizada, denominada sintasa del factor lacrimatorio. La prueba de fuego para que los científicos constataran el éxito del trabajo consistió en aplastar varias cebollas frente a ellos y esperar a ver si la reacción se daba, algo que no ocurrió.
Los investigadores vaticinan que la nueva cebolla sin el gen sintasa del factor lacrimatorio terminará estando presente en todas las cocinas del mundo por los beneficios que proporciona, para muchas personas será un alivio pelar las cebollas y manipularlas sin tener que sufrir el lagrimeo, aunque para ello todavía deberán pasar unos 10 años. Incluso los chefs manifiestan su aceptación alabando las nuevas propiedades de la cebolla.
Como ya hemos dicho, se trata de un alimento manipulado genéticamente y por tanto, suscitará todo tipo de opiniones, creemos que si el desarrollo está avalado por otros investigadores y se constata que a largo plazo no representa ningún peligro para el ser humano, podremos beneficiarnos de estas cebollas.Claro que los grupos que están en contra de los alimentos transgénicos o mejor dicho editados genéticamente, no verán con buenos ojos la presentación de la cebolla.
Más información | New Zealand Herald