Este fin de semana hemos disfrutado, gracias a la Asociación de Hostelería de Navarra, de una experiencia gastronómica que en adelante, será una cita ineludible, se trata de la Semana del Pincho de Navarra, que como os recordamos en el anticipo que os mostramos en el post Inauguramos la XIII Semana del Pincho de Navarra, se celebra hasta el próximo sábado 2 de abril. Si tenéis oportunidad, no os la perdáis.
Acudimos a esta cita en Pamplona formando parte de un grupo de blogueros amantes de la gastronomía e iniciando la jornada con la Cata de Vinos de Navarra para nuestros pinchos, impartida por la enóloga de la Escuela de cata navarra, Ana Laguna, que nos proporcionó una amena, lúdica y didáctica cata de vinos D.O. Navarra con vinos fáciles de comprender, vinos que apoyan al pincho, que nos permiten disfrutar de cada trago sin tener que analizar cada uno de sus matices.
En las imagenes podéis ver el grupo de blogueros que nos reunimos para aprender de Ana en esta Cata de Vinos de Navarra para nuestros pinchos, Pepa y Gustavo de Pepa Cooks, Juana Trujillo de Cocinalandia, Lorena Barja de Sabor Gourmet, Pedro Álvarez de Wikitapas, Esperanza Saavedra de Espe Saavedra en la cocina, Alfonso López de Recetas de Rechupete, Íñigo Aguirre de Umami Madrid’s, Cristina Fernández de Guía Repsol, Susana y Jesús de Webos Fritos, Helena de El Capricho de Helena, Silbia Redondo de La Cocina de Silbi, Rubén del Rey de Locura Viajes, Javier Álvarez de Memorias de un hombre invisible y Astrid y Juan de Mi Blog de Pintxos.
Ana Laguna nos proporcionó una introducción a los tipos de vino que se elaboran en Navarra, aunque no son los mayores productores de nuestro país, disponen de todo tipo de vinos, desde los más complejos a los más fáciles de comprender, como fueron los que nos ocuparon en esta cata con la que se pretende transmitir que tomar vino no es algo serio, no hay que ser un entendido para opinar de vinos, todos tenemos nuestros gustos y podemos expresarlos con nuestras palabras.
Así, la cata se conduce a través de un diálogo accesible a todos, y en la que vamos a descubrir siete vinos de la D.O. Navarra con los que disfrutar. Empezamos con un blanco, un Chardonnay, cuya variedad de uva ocupa alrededor del 4% del viñedo navarro. El 3F (fruta, flores, frescura) de Bodegas Beramendi, se presenta floral en nariz, algo no muy habitual en la variedad de uva Chardonnay, pero como nos comentó la enóloga, la moscatel es muy chivata y este vino contiene un 5% de esta perfumada uva. Nos gusta ver que en la etiqueta de este vino sí aparece que en su composición se encuentra la uva moscatel, pues en muchos casos hemos probado vinos blancos que para mejorar su entrada, la incorporan pero no lo dicen.
El 3F es un vino ideal para el aperitivo, y como describe su nombre, es fresco, desprende flores y frutas, en nariz quiere parecer un vino dulce, pero esto no es aprecia en el paladar, es seco, no astringente, se trata de un vino de equilibrada acidez, con una entrada muy agradable.
Continuamos con otro blanco Chardonnay muy distinto, pues Palacio de La Vega es un vino fermentado en barrica y en la cata deja patente su paso por madera. Es un vino algo más complejo que el primero, pero fácil, en nariz nos ofrece un goloso aroma a caramelo, toffee, café con leche… en boca ofrece menos acidez que el anterior, sigue siendo goloso y muy equilibrado, tiene estructura, suficiente para acompañar la comida, buena armonía con verduras, carnes blancas o asados suaves.
Pasamos a los vinos rosados, a los famosos vinos rosados navarros, con un Castillo de Falces, un vino con poco azúcar pero que es una golosina de fresa, ligero y amable, ideal para pinchos y aperitivos, y el Inurrieta Mediodía, más complejo en nariz y en paladar, la fruta que recuerda es la cereza, es ideal para la comida. Es importante saber que los vinos rosados de la D.O. Navarra sólo se pueden hacer con el método de sangrado, o lo que ellos denominan vinos de lágrima, pues la uva no se prensa, esta pasa unas horas, las que considere el enólogo, rompiendo por la propia gravedad, por su propio peso, por lo que necesitan el doble de uva para hacer el vino rosado que si se utilizan otros métodos para su elaboración.
Llegan los tintos con un vino de garnacha vieja, es el Gardacho (que es como se conoce al lagarto o lagartija en la ribera navarra), un vino tinto joven, para tomar fresco con comidas ligeras, la fruta está presente en nariz, sin otros matices.
El penúltimo vino es el Pagos de Araiz, un vino que se clasifica en la categoría Roble, ésta fue introducida por los vinos navarros, caracterizada por ser vinos que se encuentran entre los jóvenes y los crianzas, con 4-6 meses en barrica, con lo que gana en complejidad, tanto en nariz como en boca, pero sigue siendo un vino fácil de desgustar.
Para finalizar, nos endulzaron con un moscatel de grano menudo, el Señorío de Sarriá. Destaca esta variedad de uva moscatel el pequeño tamaño de sus bayas, lo que proporciona una proporción de hollejo y pulpa más interesante para los vinos. Este vino dulce natural es ideal para los postres y también para aperitivos como los quesos azules, los foies… aquí lo pudimos acompañar con queso Roncal, que nos encanta.
Como se puede comprobar, disfrutamos de la variedad y de la adquisición de nuevos conocimientos en torno al vino de una excelente comunicadora como es Ana Laguna, que sabe transmitir la pasión que pueden despertar los vinos y que como decíamos, son accesibles a todos, cada persona puede definir qué le parece un vino, no existe la objetividad.
Después de esta cata nos fuimos a por los pinchos, siempre bien acompañados de una perfecta anfitriona de la Asociación de Hostelería de Navarra, Andrea, a quien desde aquí aprovechamos para felicitar y agradecer su tiempo y dedicación.