Las callejuelas de la Judería de Córdoba no pueden tener más encanto, pero no es lo único que tienen, entre otras cosas esconden tabernas y restaurantes que ofrecen experiencias gastronómicas muy gratificantes. Y hay que reconocer que no sólo es por la buena cocina que elaboran, el trato del personal te hace sentir como en casa, e incluso de la familia que forman los equipos de cocina y sala. Claro, que hay excepciones, como sucede en cualquier ciudad, pero no hay que dedicarle ni una línea, lo que queremos que conozcáis de nuestra experiencia ‘Degustando Córdoba’ es lo que nos ha provocado las ganas de volver, otra vez.
El caso es que uno de los días comimos en Casa Mazal, un restaurante de cocina sefardí (judeoespañola), andalusí (arábigo-andaluza) y tradicional andaluza que se encuentra en plena Judería de Córdoba. El barrio de La Judería está en el casco histórico y forma parte de la zona designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994. Según explican desde Turismo de Córdoba, desde el punto de vista urbanístico, este barrio presenta el típico trazado islámico con dos calles transversales centrales y un laberinto de pequeñas calzadas que a veces terminan en callejones sin salida o adarves.
Casa Mazal (que significa Casa de la Fortuna) se ubica en la Plaza de Maimónides, y ésta se halla al final de la calle Judíos, el corazón del barrio de La Judería. El restaurante está formado por varias estancias que antiguamente eran una casa con su patio, e incluso tiene en su interior un callejón del barrio judío. En la galería podéis ver algunas fotos, menos de las que tenemos guardadas en la retina, pero, bueno, es un lugar que hay que visitar, así que esperamos que lo hagáis, lo veáis y lo experimentéis para conservarlo en vuestra memoria.
Antes de pasar a mostraros el menú que degustamos en este restaurante sefardí, os contamos que nos recibió amablemente su gerente, Jesús Guerrero, quien considera que para disfrutar de una comida nada mejor que conocer parte de la historia de los platos, de sus ingredientes, de su forma de cocinarlos… por eso, los camareros están totalmente preparados para explicarlo, y no sólo eso, Javier, que fue el camarero que atendió nuestra mesa, además de ilustrarnos en cada uno de los bocados, era capaz de provocar la necesidad de probarlo cuanto antes porque con sus descripciones casi podíamos saborear las especias y los sabores característicos de la cocina hispanojudía.
Si vais a Casa Mazal, os explicarán que tienen una parte creativa en su carta, y que respetan la gastronomía sefardí, pues no tienen marisco, el pescado es con escamas, no mezclan leche con carne y no tienen cerdo. Además, ofrecen comida kosher con certificado, pero ésta no se elabora en las cocinas del restaurante, únicamente la calientan y la sirven. También disponen de vinos kosher y como veréis en las fotos, disfrutamos de uno de ellos, el Peraj Ha’abib 2017 de la D.O. Montsant.
Pero el vino no nos llegó con los primeros platillos, después de pasear por las callejuelas de la considerada Ciudad Patrimonio de la Humanidad más bonita de España, cuando los termómetros ya superaban los 35º C sin haber entrado en el mes de junio, lo que el cuerpo pedía era agua bien fría. Y empezamos con el aperitivo, que consistía en un tapenade casero con pan también hecho en el restaurante.
A continuación nos presentaron un plato con cinco degustaciones deliciosas, podéis verlas servidas en cucharillas, empezando por el Hummus tradicional, que no podía faltar, junto a otro imperdible como es el Baba Ghanoush, además un Carpaccio de calabacín con vinagreta de mostaza, miel y frutos secos, la Salsa kaila, que no la conocíamos pero es una salsa de tomate especiada, y para terminar, un Salmorejo a las tres culturas, tradicional, con remolacha y con espárragos.
El Falafel con pan pita y salsa de yogur también satisfizo nuestro gusto por esta cocina (y despertó nuestras ganas de volver a hacerlo en casa, ¿ya lo habéis probado?). Por cierto, con el falafel también nos sirvieron un Gazpacho sefardí con sorpresa que estaba exquisito. No os contamos la sorpresa para que lo sea para vosotros también. Y pasamos a la degustación de platos de pescado, que fueron tres y no sabríamos decir cuál nos gustó más, o quizá sí, porque nos sorprendió muy gratamente el Salmón a la miel y mostaza, delicioso.
También había una cocina bien ejecutada en el Bacalao con verduras gratinado con alioli, y en el crujiente saquito de pasta filo relleno de lubina. Y el plato que no puede faltar para vivir una experiencia completa en Casa Mazal es el Cuscús, nosotros pudimos probar el cuscús de pato y el cuscús de confit de cordero, con sus verduritas, una verdadera exquisitez. Por cierto, también hacen cuscús sólo de verduras, de pollo al curry y de pollo harissa, la salsa picante.
No hemos probado ningún otro postre de Casa Mazal, más que el que podéis ver presentado en una copa en las fotos, pero os prometemos que en el momento en el que volvamos a este restaurante repetiremos, nos pareció magistral el Helado de naranja con aceite de arbequina y gelatina de PX, de los que se recuerdan siempre.
Casa Mazal
Junto Plaza de Maimónides
Calle Tomás Conde, 3,
14004 Córdoba
@casamazal
1 comentarios
Gracias por hablar de nuestra ciudad con tanto cariño. Sólo quería comentarte que adarve no tiene el significado que tú le adjudicas. El adarve es el camino que hay junto a la parte alta de la muralla. Es el paso de ronda que se usaba para la vigilancia y defensa. Las calles sin salida se llaman callejas y en los últimos años se ha producido un movimiento cultural en torno a ellas para promover su conocimiento. Un saludo desde Córdoba.