Poco a poco crece el número de empresas que pretenden producir la denominada carne de laboratorio, carne in vitro o carne de cultivo, algunas de estas compañías consideran que este tipo de carne que se puede producir a nivel industrial del mismo modo que se producen la cerveza u otros alimentos y bebidas, no debería recibir ninguno de los términos indicados, ya que pueden provocar el rechazo de los consumidores hacia un tipo de proteína alimentaria revolucionaria.
Se asegura que este tipo de carne ofrece el mismo sabor que la carne tradicional, no contendrá antibióticos, restos de pesticidas u otras sustancias similares, no será responsable de la aparición de pandemias como la gripe aviar, se producirá de forma más sostenible con el medio ambiente, ya que su impacto es muy reducido, su precio será similar o inferior al de la carne tradicional, no será necesario sacrificar animales, etc. Por todo ello, consideran que se debe llamar “carne limpia” y no carne de laboratorio u otros términos que se emplean habitualmente.
Empresas como la startup israelí Supermeats, que tiene el objetivo de abastecer al mercado alimentario en cinco años con esta denominada ‘carne limpia’ de pollo, ya explicó en su momento que estas designaciones eran erróneas, siendo necesario cambiar la terminología para que los productos que se comercialicen sean más atractivos para los consumidores, reduciendo el posible rechazo que podrían tener.
El director del Good Food Institute, organización que trabaja con investigadores, inversores y empresarios para el desarrollo de proyectos alimentarios innovadores, seguros y respetuosos con el medio ambiente, comenta que el término ‘carne limpia’ es la manera más precisa para describir esta carne, comparándola con la energía limpia, por sus beneficios medioambientales y por las razones antes comentadas. La atribución “limpia” es la que estas empresas van a utilizar a partir de ahora para sus productos alimentarios.
Por cierto, merece la pena recordar que Good Food Institute ha colaborado en el desarrollo de la leche sintética Perfect Day de la que os hablábamos el mes pasado, como en el caso de la carne, esta bebida se ofrece como ‘leche libre de productos animales o participación animal’ por cuestiones de mercado, ya que es mucho más atractiva esta presentación que la de “leche sintética”.
Según explican aquí, los responsables de SuperMeat comentan que sobre la carne producida en un laboratorio a la que se ha referido como carne cultivada, algunos investigadores han tenido una percepción errónea y han creído que significaba que se trataba de una carne en conserva, carne salada o que había sido curada, lo que demuestra que si entre los investigadores existe un error de comprensión, mayor será entre los consumidores. Con “carne limpia” se transmite mejor el mensaje de que se puede disfrutar de un alimento mucho mejor y más saludable para las personas y para el planeta.
Como ya explicamos en su momento, las empresas que trabajan en este tipo de alimentos aún tardarán en presentar sus productos en el mercado, pero consideran necesario empezar a desarrollar campañas de marketing que cambien la percepción del consumidor y eliminen una descriptiva que consideran errónea, es decir, carne de laboratorio no, carne limpia sí. El objetivo es cambiar la percepción de los consumidores haciendo frente al “factor asco”.
Pero lo cierto es que la llamen como la llamen, es un tipo de proteína que no se ha obtenido por un sistema tradicional, por lo que una buena parte de los consumidores, sobre todo los más tradicionales, quizá la rechacen. Son los consumidores más jóvenes los que tienen una mayor predisposición para probar este tipo de nuevos alimentos que posiblemente marquen el futuro de la alimentación. Merece la pena recordar que investigadores como Mark Post, creador de la primera hamburguesa elaborada con carne cultivada en un laboratorio, considera que esta carne limpia podría provocar el fin de la ganadería tradicional, las razones ya las hemos argumentado, respeto medioambiental, salud, mejorar la seguridad alimentaria y abastecer la creciente demanda de alimentos, liberar tierras de cultivo y reducir el uso de recursos naturales, etc.