Japón es un gran consumidor de carne de delfín, por estas fechas se inicia la pesca de delfines para satisfacer las exigencias gastronómicas del país, para preparar sushi, embutidos, filetes, diferentes tipos de sopas, etc. Cada año se capturan en un periodo de seis meses, más de 20.000 delfines que se sacrifican en una cala situada en Taiji (Japón), cala custodiada y rodeada con alambres de espino para evitar la mirada de los curiosos.
Para denunciar esta matanza y llamar la atención sobre los peligros que encierra la carne de delfín, Louie Psihoyos fotógrafo del National Geographic, la Sociedad de Conservación Oceánica y un grupo de productores, decidieron realizar un documental titulado The Cove, se trata de una filmación con cámaras ocultas en la que muestra al mundo lo que ocurre realmente en la cala de Taiji. A diferencia de los grandes cetáceos que cuentan con el amparo de una prohibición y regulación a escala mundial sobre las capturas que se realizan, los delfines prácticamente están desprotegidos.
Tras la captura de delfines se procede a realizar una selección de los mejores ejemplares que serán comercializados para satisfacer las exigencias de los parques acuáticos, el resto de delfines se conducen a la mencionada cala, en ella se les da muerte y posteriormente son comercializados para deleite del paladar japonés a pesar de la toxicidad de la carne, el contenido de mercurio es nada menos que de 48 veces más de lo que establece el Ministerio de Sanidad Japonés, pero esto parece importar poco, dado que se comercializa carne de delfín que cuenta con la aprobación sanitaria correspondiente.
Recordemos que el mercurio en el pescado, y concretamente el metilmercurio, es una potente neurotoxina que puede provocar graves daños en el sistema nervisoso y en el cerebro, pero especialmente es un grave peligro para los futuros bebés. Además hay que añadir que la carne de delfín contiene otros elementos peligrosos como puede ser el cadmio o los bifenilos policlorados (PCB) entre otros.
El documental The Cove denuncia la pesca indiscriminada del delfín y los riesgos asociados a su carne, la filmación además critica el encubrimiento que realiza el Gobierno japonés. Se denuncia la corrupción de las administraciones alimentarias del país, ya que miran a otro lado ante la gran cantidad de elementos tóxicos que presenta la carne de delfín. Se denuncia el absurdo deseo del Gobierno japonés por preservar esta tradición, sabiendo que se conjuga el horror de la matanza de delfines y la peligrosidad de su carne, basta con ver la cara que ponen algunos japoneses que aparecen en el documental al mostrarles las imágenes.
The Cove ha logrado captar la atención de la opinión pública y ha obtenido numerosos premios en distintos festivales de cine, el último, obtenido en el Festival de Sundance. ¿Servirá de algo?, ¿el Gobierno japonés cambiará su política?, ¿se logrará consolidar una legislación mundial de áreas protegidas para los delfines?
Foto | The Pug Father