Según los resultados de una investigación realizada por expertos de The Good Food Institute (GFI), organización que trabaja con investigadores, inversores y empresarios en el desarrollo de proyectos alimentarios innovadores, seguros y favorables para la salud y el medio ambiente, se puede utilizar como una herramienta útil la carne de cultivo celular para evitar la resistencia de las bacterias a los antibióticos.
Los investigadores explican algo que se sabe desde hace algunos años, el uso de antibióticos en la producción ganadera y acuícola con carácter no terapéutico, está provocando que las bacterias generen resistencia a los antibióticos de gran importancia médica. Recordemos que un informe elaborado por la EFSA y el ECDC apuntaba que las enfermedades bacterianas transmitidas por alimentos son cada vez más difíciles de tratar, destacando que la principal razón de ello es el aumento de la resistencia generada por las bacterias a los fármacos debido al abuso y al mal uso.
Pero en 2022 estas dos agencias proporcionaron un nuevo informe en el que se aseguraba que el nivel de resistencia a los antibióticos de las bacterias transmitidas por los alimentos era muy elevado en la Unión Europea. Hay que recordar que en la Unión Europea está prohibido el uso rutinario o no terapéutico de antibióticos en la ganadería, pero la globalización hace complicado que se evite la importación de carne procedente de animales que han sido tratados con estos fármacos de modo preventivo.
Se utilizan los antibióticos para prevenir que los animales sufran ciertas enfermedades, para mejorar su rendimiento y engorde, pero también para “combatir” los resultados de las malas prácticas en la crianza animal, es decir, como sustitutos o alternativa de bajo coste a una buena higiene animal. Irremediablemente, se está destruyendo un valioso recurso para la seguridad alimentaria y la salud humana y animal, y las consecuencias son cada vez más nefastas.
Por ejemplo, se calcula que en el año 2019, 1’27 millones de muertes en el mundo fueron causadas por infecciones de bacterias resistentes a los antibióticos, y las cifras aumentan año tras año. Es por ello que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) alerta cada año sobre esta amenaza mundial para la salud pública, la seguridad alimentaria, la producción animal y el desarrollo agrícola y económico.
El caso es que los investigadores del GFI consideran que los cambios legislativos que se realizan en la UE, no son suficientes para detener el desarrollo de bacterias resistentes a estos fármacos, por lo que para ellos, la opción lógica es que los gobiernos inviertan en proteínas alternativas libres de antibióticos, y en este sentido, la carne de cultivo celular podría ser una solución.
Con la carne cultivada no es necesario el sacrificio de animales para la producción de carne, está libre de antibióticos u otras sustancias químicas, se eliminan las tradicionales enfermedades de transmisión alimentaria, se ahorra de forma significativa en el uso de recursos como el agua, tierras de cultivo, combustible, energía, fertilizantes, etc., de ahí que en ocasiones se denomine ‘carne limpia y sostenible’. Algunos expertos consideran que la carne es carne, sea de granja o de laboratorio, destacando que la única diferencia es el método de producción, aunque esta aseveración no convence y debemos recordar que la aceptación de este tipo de carne depende de los consumidores, aunque este es otro tema.
Los antibióticos se utilizan en la ganadería especialmente en entornos superpoblados (crianza intensiva), donde viven muchos animales de granja. Incluso con la prohibición establecida en la Unión Europea sobre el uso rutinario de antibióticos, la crianza intensiva en estas granjas masificadas provoca que los animales desarrollen problemas de salud, lo que hace imposible eliminar totalmente el uso de antibióticos y aparece el riesgo de que las bacterias generen resistencia a los fármacos.
El gran volumen de uso de antibióticos en la ganadería facilita muchas oportunidades para que aparezcan bacterias resistentes, creando colonias que pueden llegar a los seres humanos a través del consumo de carne o a través de la exposición de ganaderos y agricultores a los animales, en las plantas procesadoras, etc. Por ello, los investigadores comentan que en comparación con los sistemas intensivos de crianza animal, donde la presencia de bacterias y otros organismos causantes de enfermedades es básicamente una realidad, en la carne cultivada el proceso es mucho más controlado y seguro, algo que no tenemos tan claro.
Hay que decir que no hace mucho podíamos saber que la OMS y la FAO analizaron la seguridad de los alimentos de cultivo celular, explicando que no es posible excluir nuevos peligros asociados a los estos alimentos. Es lógico que expertos que avalan la producción de carne de cultivo celular ensalcen sus beneficios, pero también lo es señalar los diferentes riesgos y peligros existentes, quizá no favorece la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos, pero podrían ser una vía para la aparición de nuevos riesgos y enfermedades.
Podéis conocer todos los detalles de este estudio de The Good Food Institute a través de este artículo publicado en la revista científica Nature Food.
Foto 1 | Jennifer C.