La carambola, también conocida como fruta estrella (o star fruit en inglés), caramboleiro, tamarindo chino, tamarindo dulce o cinco dedos, dependiendo del país en el que se encuentre, es una fruta exótica que podemos encontrar en el mercado todo el año, pero es en días festivos cuando esta cotizada fruta suele vestir nuestras mesas.
La carambola conquista a primera vista, y mucho más cuando se realizan cortes en rodajas, pues como podéis ver, el resultado son unas bonitas estrellas, además doradas cuando la fruta está madura. Su aroma y su sabor terminan por deleitar a los comensales que la degusten como postre o como parte de alguna receta, es muy común incluirla en ensaladas, enaltece la presentación de un plato.
Para conocer un poco más la fruta estrella, debemos saber que su origen se encuentra en Malasia e Indonesia, aunque su cultivo se ha extendido a otros países como Tailandia, Brasil, Bolivia, Colombia o Estados Unidos (Florida y Hawai).
La carambola pertenece a la familia de las Oxalidáceas, como el bilimbín, tiene una piel fina comestible de un color que va del verde al dorado anaranjado cuando está en plena madurez. Ofrece una textura crujiente y suave, un sabor refrescante ligeramente agridulce, suelen ser las piezas más pequeñas las que concentran más dulzor, que también se potencia con la madurez.
Las propiedades nutritivas de esta fruta también son valoradas, aporta provitamina A y vitamina C, es baja en carbohidratos, más reducidas aún son las proteínas, su mayor contenido es de agua. Y aunque también se valoran sus cualidades por la fibra y el potasio que proporciona, debido a este mineral y al oxalato cálcico que contiene la pulpa, la carambola no está recomendada para personas con problemas renales, entre otras cosas por el riesgo de creación de cálculos.
Las carambolas o frutas estrelladas debemos comprarlas cuando su piel se muestra limpia y su textura tersa. Si quieres consumirla pronto deberás elegir piezas que muestren un color amarillo anaranjado, con los bordes o ‘aristas’ de las estrellas empezando a oscurecer. En caso de adquirir carambolas aún verdes, deberás conservarlas a una temperatura de unos 20º C para que madure lentamente. Estando la fruta madura convendrá conservarla en el frigorífico hasta el momento de su consumo.