El año pasado se puso en marcha una campaña titulada Don’t wash your chicken (No laves tu pollo), estaba dirigida a todos los cocineros domésticos con la finalidad de mostrarles que la acción de lavar este alimento no reducía la cantidad de bacterias que podía contener, en cambio incrementaba el riesgo de propagación de las bacterias a través de las salpicaduras de agua y por tanto, aumentaba significativamente el riesgo de contaminación cruzada. La campaña ‘No laves el pollo‘ proporcionaba una serie de consejos, así como vídeos ilustrativos sobre lo que ocurría al emplear esta medida.
Pues bien, la FSA (Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido) ha puesto en marcha en el Reino Unido la nueva campaña Don’t wash raw chicken (No lavar el pollo crudo). Su cometido es intentar concienciar a los consumidores para que dejen de lavar este alimento en crudo y así reducir el riesgo de contaminación por el género de bacilos Campylobacter. De este género se conocen al menos una docena de especies que están implicadas en enfermedades humanas, siendo la especie Campylobacter jejuni una de las principales causas de toxiinfección alimentaria en los países desarrollados.
Según las cifras de los estudios que se han realizado para poner en marcha la campaña, un 44% de la población siempre lava el pollo antes de cocinarlo, algo que facilita la contaminación por Campylobacter a través de las manos, la superficie de trabajo, de las salpicaduras de agua, etc. Este género patógeno es la forma más común de intoxicación alimentaria en el Reino Unido, afectando a unas 280.000 personas al año. Según los estudios, cuatro de cada cinco casos de infección en seres humanos a través de la alimentación tienen su origen en las aves contaminadas por el bacilo indicado. Algunos de los síntomas al sufrir esta intoxicación alimentaria son dolor abdominal, diarrea y vómitos severos, en determinados casos puede causar problemas como el síndrome del intestino irritable o el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno grave del sistema nervioso. En los casos más graves puede acabar con la vida de quienes son más vulnerables, niños menores de cinco años y personas ancianas.
La campaña en Reino Unido sobre no lavar el pollo antes de cocinarlo se lanza en el marco del programa de la Semana de la Seguridad Alimentaria del país, la FSA (Food Standards Agency) ha escrito a las empresas que se dedican a la producción de programas de cocina, de alimentación, etc., para que no muestren en televisión imágenes en las que aparezcan los cocineros lavando el pollo antes de cocinarlo. La razón de esta petición es que muchas personas siguen al pie de la letra la receta y procedimientos de su elaboración, evitar lavar el pollo ayudaría a que se redujera el número de personas que lo lavarían.
La FSA se ha puesto en contacto con los supermercados y centros de distribución del país para que ayuden a difundir la campaña y proporcionen consejos en sus páginas web sobre la correcta manipulación del pollo para cocinarlo, con el fin de mejorar la seguridad alimentaria. El presidente de la FSA explica que aunque las personas tienden a seguir las prácticas de higiene recomendadas a la hora de manipular los alimentos, como lavarse las manos después de tocar el pollo en crudo o asegurarse de que está correctamente cocinado, el estudio realizado por la agencia muestra que lavar el pollo es una práctica común y en este caso los procedimientos anteriores sirven de poco, ya que como hemos indicado, se incrementa significativamente el riesgo de contaminación cruzada. Al respecto os recomendamos ver el vídeo de la campaña del año pasado en el que se muestra el alcance de la contaminación y cómo se incrementa el riesgo de de toxiinfección alimentaria.
Además de la campaña informativa, la FSA está inmersa en un plan en el que se incluye la colaboración con productores, mataderos y procesadores para que realicen el máximo esfuerzo posible para reducir la tasa de Campylobacter el máximo posible en los pollos, de este modo se podrán proporcionar alimentos más seguros y se reducirá el índice de toxiinfecciones alimentarias en el país. Hablando del estudio de la FSA, hay que decir que se ha determinado que la conciencia sobre el riesgo de Salmonella y E. Coli está en más del 90% de la población, conocen estos patógenos y los problemas de salud que ocasionan, sin embargo, de la bacteria Campylobacter y de los problemas de salud que causa, sólo el 31% de la población tenía conocimiento, concretamente de que las aves de corral son la principal fuente de transmisión alimentaria.
Con respecto al lavado de los pollos, de la encuesta se desprendía que las principales razones para lavarlo son la eliminación de la suciedad (36%), la eliminación de gérmenes (36%) y que es algo que siempre habían hecho sin concretar el por qué (33%). Teniendo en cuenta los riesgos y desconocimiento de la población, sería interesante que una campaña similar se pusiera en marcha en España y otros países a fin de reducir el número de casos de toxiinfecciónes alimentarias. A través de la página oficial de la FSA, podréis conocer más detalles sobre la campaña Don’t wash raw chicken.