Campaña del sector ganadero de la Unión Europea para que no se culpe a la carne de la crisis climática

La European Livestock and Meat Trades Union (Unión Europea de Comercio de Ganado y Carne), organización que representa a la industria cárnica, a los productores de ganado y a las empresas que estén relacionadas con el ganado para la producción de alimentos, ha puesto en marcha una campaña denominada #MeattheFacts, cuya finalidad es equilibrar el debate sobre la producción ganadera en la Unión Europea. En esta campaña se asegura que los animales de granja y la carne son culpados erróneamente de la crisis climática, no habiéndose considerado todos los beneficios que ofrecen a la sociedad.

Básicamente se puede decir que se trata de una campaña del sector ganadero de la Unión Europea con el propósito de que no se culpe a la carne de la crisis climática. La campaña asegura que el sector ganadero se encuentra hoy en el epicentro de los debates públicos, y que por estos debates surgen muchos mitos y estereotipos que dan una imagen alterada de la realidad que viven los profesionales del sector. Se asegura que la situación que está viviendo la ganadería de la UE es peligrosa, ya que se va a enfrentar a enormes desafíos para garantizar la viabilidad económica, la renovación generacional y la adaptación a las demandas sociales y ambientales.

En la campaña se explica que el modelo de ganadería de la Unión Europea se basa en estructuras agrícolas diversificadas, locales y familiares, siendo la columna vertebral de las zonas rurales (esto quizá no es del todo cierto). Es un modelo que contribuye a la economía circular y compatible con una gran cantidad de empleos e industrias, proporciona un suministro continuo y asequible de alimentos nutritivos que son necesarios para una dieta equilibrada. La presentación de la campaña concluye comentando que el sector no va a decir lo que hay que hacer o pensar, pero es esencial que se conozcan y comprendan las dos caras de la moneda antes de realizar una elección (a favor de la carne o en contra), ya que ello implica consecuencias.

Lo cierto es que la campaña nos ha sorprendido bastante, se asegura que se han vertido muchas mentiras sobre la producción de ganado, que no se necesitan 15.000 litros de agua para producir un kilo de carne de vacuno, que el uso de la tierra para cultivar alimentos para el ganado no rivaliza necesariamente con el uso de la tierra para cultivar alimentos para el consumo humano, que el sector ganadero no es responsable del 14’5% de las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) a nivel mundial, rebajándolo a sólo un 6%. Se podría decir que las afirmaciones son dudosas, no cuentan con respaldo científico y lo único que buscan es la división de opiniones.

Esta campaña nos recuerda a lo comentado por la Comisión de Ganadería y Carne de Irlanda del Norte, que consideraba a la industria cárnica es el chivo expiatorio en las conversaciones sobre el cambio climático, y asegurando que esta industria es más eficiente y respetuosa con el medio ambiente que la de otros sectores. Esta era la respuesta al informe “Cambio Climático y Tierra” publicado este año por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), donde el sector ganadero no salía muy bien parado, de todo ello hablábamos aquí.

Según lo comentado por la Unión Europea de Comercio de Ganado y Carne (UECBV), lo que explica el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático es prácticamente falso, los problemas asociados a la ganadería industrial y al consumo excesivo de carne, su contribución al cambio climático, a la pérdida de biodiversidad, al despilfarro de recursos como la tierra, la energía y el agua, al empeoramiento de la salud, etc., todo son afirmaciones exageradas y fuera de contexto. Ello, a pesar de que se agolpan los estudios realizados por expertos independientes, universidades y otras instituciones, que demuestran con argumentos de peso las conclusiones que han presentado, y todas apuntan en una misma dirección, que la producción de carne es un motor importante del cambio climático y que es necesario reducir el consumo de carne en beneficio de la salud y del medio ambiente.

Sobre el gasto de agua para producir un kilo de carne, merece la pena retomar la lectura de este estudio realizado por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (que seguramente también exagerará para los promotores de esta campaña), en el que se concluía que es necesario cambiar la dieta reduciendo los productos de origen animal y especialmente la carne, a fin de obtener una mejora en la salud y ahorrar una gran cantidad de agua. También se puede citar este estudio realizado por la Universidad de Aalto, en el que se concluía que para poder garantizar la seguridad alimentaria y los recursos hídricos en las próximas décadas, era necesario cambiar de dieta. Los expertos comentaban que consumiendo menos carne se reduciría el consumo mundial de agua y se dispondría de más tierras de cultivo.

Podemos nombrar muchos estudios independientes de universidades y otras instituciones, podemos evitar citar los elaborados por organizaciones como Greenpeace como, por ejemplo, los informes titulados “La insostenible huella de la carne en España” o “Alimentando el problema. La peligrosa intensificación de la ganadería en Europa”, ya que, probablemente, la European Livestock and Meat Trades Union los considerará partidistas y que muestran una realidad alterada, pero lamentablemente parece que sus conclusiones son similares a las de los realizados por universidades u organizaciones como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

Sobre los 15.000 litros de agua que se supone que son necesarios para producir un kilo de carne, parece que la European Livestock and Meat Trades Union, atribuye esta cifra a organizaciones como Amigos de la Tierra, Greenpeace, etc., pero debería saber que, en realidad, se trata de un dato que aportó en su momento John Anthony Allan con su teoría del agua virtual y que os invitamos a conocer aquí. Hay que destacar que gracias a esta teoría, el profesor fue galardonado en el año 2008 con el ‘Premio Estocolmo del Agua’, premio que reconoce logros en las actividades relacionadas con este valioso recurso.

El caso es que la campaña #MeattheFacts (Los hechos de la carne) que aglutina a una docena de organizaciones europeas relacionadas con el mundo del ganado y la carne, persigue equilibrar el debate sobre la producción cárnica en Europa, y proporcionar información documentada sobre la contribución del sector ganadero europeo y sus efectos beneficiosos. Se asegura que se ha recopilado información objetiva para responder a la información errónea vertida sobre la producción ganadera en Europa, que se puede consultar en el apartado estudios de la página de la campaña. Curiosamente, sólo hay tres estudios científicos, uno sobre el vegetarianismo y si es saludable para los niños, otro sobre si las pautas dietéticas deben recomendar un bajo consumo en carne roja, y un tercero que habla de abordar el cambio climático a través del ganado. Poco pueden responder estos tres estudios a los cientos de estudios que relacionan la producción intensiva de ganado con el cambio climático, a los problemas de salud que causa el consumo excesivo de carne, al despilfarro de tierra y agua causado por la ganadería intensiva, etc.

Por cierto, en una de las imágenes de la campaña (la que podéis ver sobre estas líneas) aparece la carne de cultivo celular en un ambiente inhóspito, donde predominan las torres eléctricas, esta imagen se puede mover con un cursor mostrando la realidad que ofrece la industria ganadera, un entorno verde con vacas pastando alegremente en un modelo de economía circular. ¿En serio? Es evidente que la campaña tiene más de un propósito, el temor por la floreciente industria de la carne cultivada se hace notar.

La campaña asegura que acabar con la ganadería en Europa traería graves consecuencias, se perderían tierras de pasto esenciales, aumentarían los incendios forestales, se perderían fertilizantes orgánicos, energía ecológica, así como otras materias primas de interés, se intensificaría el éxodo rural, se dependería de productos animales importados, etc. No vamos a añadir mucho más, pero parece que una de las caras de la moneda tiene un peso significativamente mayor que el otro (hablando en base a datos y hechos científicos). En este enlace (Pdf) podéis leer la presentación de la campaña “#MeatTheFacts: Conjunto de voces europeas del sector ganadero para equilibrar el debate de la producción ganadera.”, a través de este otro accederéis a la página de la campaña y que cada cual saque sus propias conclusiones.

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