En California la Proposición 37 no salió adelante, más de la mitad de los californianos votaron en contra del proyecto sobre el etiquetado de alimentos transgénicos, pero según los responsables de la campaña ‘Derecho a Saber de los Alimentos’, no está todo perdido y tras la derrota mantienen la esperanza de que salga adelante la campaña del etiquetado de los alimentos transgénicos en Washington. Hablamos de la Iniciativa 522, en ella se propone una reglamentación similar a la Proposición 37, con algunos cambios.
Según los responsables de la Iniciativa 522, las encuestas muestran que más del 90% de los consumidores quieren saber si sus alimentos se han producido mediante ingeniería genética o son alimentos considerados tradicionales. En la campaña se explica que no revelar esta información afecta a los consumidores, ya que va en contra de la transparencia informativa, del derecho de elección y por tanto, de la violación y negación de las convicciones y derechos de cada consumidor. Actualmente no existe ninguna ley estatal o federal en Estados Unidos que obligue a los productores a identificar los alimentos modificados genéticamente, por otro lado la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) mantiene una política favorable a este tipo de alimentos no requiriendo ningún estudio sobre su seguridad a no ser que contengan un alérgeno conocido. Recordemos que en ello tiene mucho que ver el principio de equivalencia substancial, es decir, un alimento transgénico cuya equivalencia en peso, imagen y contenido nutricional es similar a la de un alimento tradicional, es totalmente seguro.
En la Iniciativa 522 se solicita la identificación obligatoria de los alimentos transgénicos, nuevos estudios que dejen a un lado el principio de equivalencia y realicen un seguimiento sobre las posibles consecuencias para la salud de ingerir este tipo de alimentos. Para los impulsores de la iniciativa no tiene sentido mezclar la genética de una especie vegetal, bacteriana, animal… sin esperar que no se produzcan consecuencias medioambientales o para la salud humana. Sostienen que esta combinación es algo que nunca se daría en la evolución natural de las especies, siendo una razón de peso para que se adopte una política más rigurosa que estudie en profundidad estos alimentos olvidándose del principio de equivalencia.
Muchos científicos estadounidenses han declarado que la inserción de material genético de forma artificial puede provocar todo tipo de problemas, de algunos de ellos hemos hablado en otras ocasiones, como por ejemplo el desarrollo de la resistencia al maíz transgénico por los insectos, esta fue una de las razones por las que en Estados Unidos se puso en marcha un plan para intentar frenar esta resistencia. La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, a raíz de estos hechos obligó a que los agricultores que producen alimentos transgénicos, cultivasen un área de maíz tradicional dentro de un campo (de transgénicos) para que los insectos no ingieran las toxinas Bt (genes del Bacillus thuringiensis), de este modo, al reducirse el número de insectos que comen en los cultivos modificados genéticamente, se reduciría la descendencia de insectos que han adquirido la resistencia a la toxina. Este es un ejemplo de cómo puede afectar el cultivo de alimentos modificados genéticamente en el medio ambiente, de ello hablábamos en el post Refugios para frenar la resistencia de los insectos al maíz transgénico.
La Iniciativa 522 se respalda en la decisión que han adoptado otros países para que las empresas informen a los consumidores sobre la presencia de alimentos modificados genéticamente en los productos alimenticios. Se hace hincapié en la restricción que muchos mercados han llevado a cabo sobre los alimentos producidos en Estados Unidos por contener material transgénico, algo que supone pérdida de negocio para el país, de hecho, son varias las razones expuestas para intentar lograr que se apruebe una legislación que obligue a la identificación de este tipo de alimentos, podéis conocer estos argumentos a través de este texto de la Iniciativa 522.
Tal y como ocurrió en el estado de California, para poder llevar adelante esta iniciativa se debían presentar un mínimo de firmas de votantes que quisieran que se implantara una reglamentación que identificara los alimentos modificados genéticamente, se solicitaba como mínimo 241.153 firmas. A falta de 24 horas para concluir el plazo de entrega de las firmas, ya se habían conseguido 340.000. Si la medida en el estado de Washington sale adelante, se obligará a los productores de materias primas alimentarias, semillas, alimentos procesados, etc., a que identifiquen con un etiquetado si se trata de material transgénico. Esta sería una respuesta para aquellos consumidores que quieren ejercer su derecho a saber sobre los alimentos, pudiendo decidir si desean consumirlos o no.
Por cierto, según leemos aquí, también se ha trasladado la oposición a esta medida, recordemos que en California se llevó a cabo una campaña contra el etiquetado transgénico por parte de muchas empresas, encabezando esta campaña estaban las más interesadas, las empresas biotecnológicas Monsanto y Dupont, a ellas se sumaron PepsiCo, Basf, Bayer Cropscience, Dow Agrosciences, Nestlé, Coca Cola, Conagra, Syngenta, Kellogg o General Mills entre otras. Paralelamente se ha iniciado una campaña en contra de la Iniciativa 522 por parte de varias empresas que han contribuido con cuantiosas sumas para intentar frenar la reglamentación.
Es difícil saber si la Iniciativa 522 saldrá adelante y más habiendo visto el resultado en California, pero los partidarios aseguran que no van a dejar de luchar y buscarán otras vías, seguirán solicitando a la FDA (Food and Drug Administration) que anuncie una ley que obligue al etiquetado de los alimentos que contienen ingredientes modificados genéticamente. De salir adelante la Iniciativa 522, sentaría precedente para aplicar una legislación similar a nivel nacional, algo que no quieren las empresas que trabajan con este tipo de productos, pronto tendremos más noticias al respecto.