La etiqueta NutriScore fue introducida en Francia para facilitar que los consumidores pudieran identificar los alimentos saludables, desde entonces, su popularidad ha ido creciendo y países como España y Bélgica anunciaron su introducción. Esto provocó que la iniciativa puesta en marcha por Coca-Cola, Mondelez, Nestlé, PepsiCo y Unilever para crear el Etiquetado Nutricional Evolucionado, o como nosotros le llamábamos, “etiquetado semáforo a conveniencia”, fuera abandonado, aunque estas compañías argumentaron que el motivo era la falta de una definición armonizada a nivel europeo de los tamaños de las raciones, ya que este sistema se basaba en las raciones recomendadas y no en los 100 gramos de producto en los que se basan otros etiquetados semáforo como NutriScore.
Recientemente Foodwatch Francia denunció que existía una campaña de desinformación contra la etiqueta NutriScore por el lobby de la industria alimentaria, campaña que parece intentar evitar que este etiquetado pueda introducirse en toda la UE como sistema único para informar a los consumidores sobre la calidad nutricional de los productos alimentarios. Las grandes compañías que comercializan alimentos poco saludables no quieren utilizar este etiquetado, ya que revelaría el verdadero contenido nutricional de sus productos, bien disimulado con el sistema informativo actual.
Dado el impacto que tienen los alimentos poco saludables en la salud de los consumidores y la falta de información y transparencia en este tipo de productos, NutriScore es una herramienta necesaria para que los consumidores, tengan acceso a una información nutricional más clara que les permita seguir una dieta más saludable. Además, este etiquetado se puede considerar un modo de forzar a la industria alimentaria a mejorar sus productos si no quieren obtener una mala calificación. Recordemos que el sistema se basa en una codificación con cinco letras y colores que van del rojo al verde en cinco niveles. El verde informa de que la calidad nutricional del producto es óptima, y el rojo destaca el abuso de grasas, sal o azúcares en los productos alimenticios, lo que indica que se deben consumir de forma esporádica en una dieta sana y equilibrada.
Actualmente, las empresas tienen como obligación mostrar en la etiqueta una tabla con la información nutricional que para muchos consumidores resulta incomprensible, las cantidades de grasa, sal, azúcares, etc., aparecen en la parte posterior de los envases en letra pequeña y con nombres diferentes, lo que dificulta la identificación y la percepción de lo saludable que puede ser un producto. Esta estrategia se pretende mantener y para ello nada mejor que intentar desacreditar la etiqueta NutriScore mediante una campaña de desinformación que confunda a los consumidores.
Según Foodwatch Francia, existen tres aseveraciones que son falsas y que han sido difundidas por el lobby de la industria alimentaria. La primera es que la información que ofrece la etiqueta (la puntuación que recibe el carácter nutricional de un producto) no es fiable y confunde al consumidor. Sin embargo, los estudios científicos demuestran que la información nutricional en el frente del envase es más comprensible y facilita elegir productos más saludables. Lo que hace NutriScore es evaluar el perfil nutricional de un alimento como un todo, la suma de lo bueno y lo malo da como resultado una letra y un color.
Por cierto, merece la pena recordar que el año pasado, la cadena de supermercados francesa E. Leclerc llevó a cabo este estudio en el que se demostraba que la etiqueta NutriScore es efectiva para elegir alimentos saludables. Según los resultados del estudio, el carácter saludable en la cesta de la compra se incrementó en un 10% gracias a este etiquetado, especialmente entre los consumidores menores de 30 años y entre los que tienen un nivel socioeconómico más bajo.
El segundo comentario argumenta que NutriScore no tiene sentido porque proporciona puntuaciones favorables a productos alimenticios ultraprocesados o con una gran carga de aditivos u otros componentes. La etiqueta es simplemente una herramienta para que los consumidores puedan ver con claridad si un producto contiene demasiado azúcar, grasa, sal, etc., además, facilita poder realizar comparativas con otros productos similares de una misma categoría con un simple vistazo. No es una etiqueta que cubra toda la dimensión nutricional y tenga en cuenta su contenido en aditivos, la huella de carbono, etc. NutriScore no pretende ser una respuesta a todos los problemas relacionados con los productos alimenticios, cumple un cometido esencial, el de poner al frente de los envases alimenticios, de un modo sencillo y comprensible, la tabla nutricional que actualmente se coloca en la parte trasera.
El tercer comentario difundido es que NutriScore es un sinsentido porque clasifica a productos tradicionales con puntuaciones más bajas frente a otros productos que en teoría son de peor calidad. Lo cierto es que la puntuación nutricional sólo refleja la composición nutricional de los alimentos, Foodwatch comenta que algunos productos como embutidos o jamones ahumados, contienen mucha sal por el sabor y la conservación, pero que un producto obtenga una D o una E no significa que no se deba consumir, como ya hemos comentado, la puntuación alude a un consumo moderado como parte de una dieta equilibrada. Pocas personas dudarían entre el carácter saludable del aceite de oliva virgen extra frente a un refresco, pero una puntuación peor da pie al lobby para desacreditar la etiqueta. Pues no les servirá de mucho porque ya se confirmó que el mencionado AOVE quedaba al margen de este etiquetado.
Foodwatch Francia tiene en marcha esta campaña de recogida de firmas para una Iniciativa Ciudadana Europea (ICE), mecanismo que permite a los ciudadanos presentar iniciativas para legislar sobre determinados temas, influyendo así en las políticas de la UE, que pide que NutriScore se introduzca en la Unión European para garantizar a los consumidores una información nutricional de calidad y así proteger su salud. Podéis conocer más detalles sobre la operación de desinformación del lobby de la industria alimentaria a través de este artículo publicado en la organización de consumidores.
Foto 2 | Vaaju