Probablemente esta nueva campaña de Burger King sorprenderá a los consumidores, ya que muestra la rapidez con la que se degrada la hamburguesa Whopper, hasta el punto en el que adquiere una apariencia mohosa y nada apetecible. La iniciativa tiene como cometido informar de que está eliminando los conservantes artificiales, los colorantes y otros aditivos de su oferta de hamburguesas en todos los establecimientos que tiene la cadena en Estados Unidos.
El spot nos hace recordar la capacidad que tenían las hamburguesas y las patatas fritas de McDonald’s para soportar el paso del tiempo. En este artículo destacábamos el trabajo de la fotógrafa Sally Davies, que mostraba una hamburguesa recién hecha de la cadena y cuál era su aspecto 145 días después, no parecía que hubiera transcurrido el tiempo, ya que no se apreciaban signos evidentes de descomposición como el moho, la podredumbre, etc., nada que ver con lo que le ocurre a la hamburguesa Whopper a lo largo de 34 días.
En el vídeo de la campaña «The Moldy Whopper» podéis ver cómo se prepara una Whopper con un aspecto impecable, bien maquillada y lista para una sesión fotográfica. A partir de ese momento se empieza a grabar lo que le ocurre a la hamburguesa a lo largo de 34 días, el resultado se muestra en un vídeo de 45 segundos de duración. Vemos que la degradación va haciendo mella en la hamburguesa y va perdiendo su apetitoso aspecto hasta que se convierte en una masa putrefacta cargada de moho, de todos modos, sorprende comprobar que la lechuga es uno de los ingredientes que parecen soportar mejor el paso del tiempo, algo que es ilógico, teniendo en cuenta que es un producto muy perecedero.
La degradación se utiliza como argumento para comunicar que no se añadirán aditivos y conservantes al producto, y la marca explica que la belleza de la comida real es que se degrada y adquiere un aspecto repugnante. Burger King anuncia que para finales de este año, todos sus establecimientos de Estados Unidos ofrecerán hamburguesas libres de todo tipo de aditivos artificiales, pero también en la mayoría de países europeos. Quizá algunas cadenas de comida rápida deban tomar nota y seguir el ejemplo.
Burger King informa que está eliminando el benzoato de sodio de los encurtidos, que será reemplazado por ácido láctico. De la mayonesa se eliminará el ácido etilendiaminotetraacético EDTA), del pan se eliminará el propionato, aditivo que evita la aparición de bacterias y, sobre todo, la aparición de moho, que será reemplazado por bacterias de la harina de trigo. De todos modos, estos cambios tienen más que ver con la imagen pública que con la salud, ya que algunos medios destacan el uso de otros ingredientes que causan problemas de salud, como el azúcar y la sal, utilizando diferentes nombres que desconocen los consumidores.
En el artículo de The Washington Post se apunta que se están utilizando sustitutos que básicamente son lo mismo que lo que sustituyen, por ejemplo, se reemplaza el propionato por bacterias que producen ácido propiónico, básicamente se trata de una fuente natural de un mismo conservante, pero suena mejor, es como usar polvo de apio en lugar de nitrato de sodio para curar la carne. Quizá el artículo sea demasiado crítico, no se trata de que suene mejor, se están utilizando elementos naturales que sustituyen a los artificiales, aunque el resultado sea el mismo en lo que respecta a la conservación.
A continuación, podéis ver el vídeo de la campaña donde se destaca que “la belleza de la comida real es que se pone fea”.