La asociación alemana Foodwatch ha puesto en marcha una campaña pidiendo a la Unión Europea que de una vez por todas ponga en marcha una legislación que establezca límites estrictos del contenido de aceites minerales en los alimentos. También quiere que se obligue a la industria alimentaria a utilizar un recubrimiento especial en los envases alimentarios de papel y cartón reciclados, una de las principales fuentes de la exposición a los aceites minerales, para aislar los alimentos y evitar que puedan ser contaminados con estas sustancias químicas procedentes de la tinta de impresión.
Reciclar el papel y el cartón para darle un nuevo uso puede ser beneficioso para el medio ambiente, pero las pruebas muestran que se deben tomar medidas de seguridad para evitar que afecten a nuestra salud. El papel se recicla y se convierte en pasta de papel, a esta pasta se le añaden disolventes químicos que tienen el cometido actuar como un cribado y separar todos esos materiales que no son fibras de papel, posteriormente la pasta se somete a un centrifugado para separar materiales por densidad. Uno de los últimos pasos es la separación o eliminación de la tinta mediante un proceso en el que se separa de los lodos. Finalizado el saneamiento de la materia prima, ya sólo es necesario lavar la pasta y blanquearla con determinados productos químicos.
Este sería básicamente el proceso de reciclado, pero no es totalmente efectivo, ya que la pasta final resultante contiene diversos aceites minerales procedentes de la tinta, producto que se elabora con resinas, aditivos y colorantes y que durante el proceso de fabricación utiliza solventes muy tóxicos que contienen acetato de plomo. Ya hace algunos años que se descubrió que este tipo de papel reciclado está contaminado y a su vez contamina los alimentos, una investigación llevada a cabo en el año 2011 por expertos alemanes y suizos concluyó que los alimentos contenidos en estos envases reciclados tienen entre 10 y 100 veces más cantidad de aceites minerales de lo permitido en la legislación, establecido en 0’6 mg por kilogramo.
Desde entonces se han realizado nuevas investigaciones más exhaustivas para determinar la ingesta diaria admisible de los hidrocarburos de aceites minerales presentes en los envases, se han analizado con más precisión los distintos elementos químicos presentes en la pasta de papel reciclado y los riesgos que conllevan para la salud. La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) confirmó en el año 2012 que en aquellos envases de cartón reciclado cuya finalidad es contener alimentos y en los que no existe una barrera o recubrimiento que aísle el producto, el riesgo de exposición a los aceites minerales es muy elevado. La agencia explicaba que los alimentos absorben los elementos químicos como si fueran esponjas y que cuanto más tiempo pasaran en contacto con estos envases, mayor sería la carga de elementos químicos que se integrarían en ellos, por lo que sería mayor el riesgo de sufrir inflamación de órganos internos, cáncer, etc.
En los análisis que se realizaron de detectó la presencia de miles de compuestos químicos con diferentes tamaños y estructuras, a esto hay que añadir que la cantidad de componentes variaba en cada lote de envases, algo que guarda relación con el origen de la materia prima para obtener la pasta de papel reciclada. En la investigación se discriminaron dos categorías principales, elementos aromáticos y elementos saturados según la escala de Mohs, escala que determina la dureza de los minerales. Los compuestos aromáticos están asociados al riesgo de cáncer, los minerales se pueden acumular en diversos órganos causando diferentes daños en la salud.
Pero parece que los estudios realizados anteriormente y el trabajo realizado por la EFSA no han servido de mucho. Es cierto que algunas empresas alimentarias han tomado medidas para reducir la migración de estos compuestos a los alimentos, como por ejemplo la barrera de separación que impide el contacto del cartón del envase con el alimento, pero siguen existiendo productos alimenticios cuyos valores de residuos químicos procedentes de la pasta de papel superan el límite establecido.
Foodwatch ha analizado 120 productos procedentes de Alemania, Francia y los Países Bajos, constatando en todo tipo de alimentos, cereales para el desayuno, arroz, sémola de trigo, etc., la presencia de estos productos químicos peligrosos para la salud. En el análisis realizado por un laboratorio independiente se encontraron hidrocarburos de aceites minerales en cuatro de cada cinco muestras, aunque en la mayoría de casos las concentraciones eran bajas, advierte que estos elementos químicos se acumulan en el organismo y pueden terminar dañándolo, a través de este enlace (Pdf) podéis acceder al informe del análisis realizado.
En la campaña contra los residuos de aceites minerales en los alimentos, Foodwatch pide a la Unión Europea que se utilice la barrera de separación en todos los envases que se fabriquen con papel y cartón reciclado que tengan como finalidad contener alimentos, de este modo, con una bolsa o un revestimiento en el interior del envase se logrará mantener aislados los productos alimentarios de los cientos de componentes químicos que están presentes en el cartón. Por otro lado, se solicita tolerancia cero a la presencia de los compuestos aromáticos antes descritos por ser de mayor riesgo.
Resulta curioso que a pesar de que este tema se conoce desde hace años, la UE no haya puesto en marcha ninguna legislación que termine con las malas prácticas, por ello Foodwatch pide la colaboración de los ciudadanos para que se sumen a la campaña inscribiéndose y firmando un escrito pidiendo al Comisario Europeo de Salud y Seguridad Alimentaria que tome cartas en el asunto.