Una investigación desarrollada por expertos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) y del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), concluye que la calidad de las aguas embotelladas en España es óptima y se cumple la normativa comunitaria sobre los límites de los distintos compuestos químicos que pueden estar presentes como resultado de un proceso de lixiviación, es decir, proceso en el que el agua actúa como disolvente de algunos elementos químicos integrados en los envases provocando su integración en el líquido.
Los investigadores han analizado la presencia de diferentes tipos de ftalatos o ésteres de ácido ftálico, compuestos que se emplean habitualmente como plastificadores que ayudan a que los envases sean más flexibles, como el bisfenol A, el dietilhexiladipato, el nonilfenol o el octilfenol, presente en el agua procedente de 131 manantiales y 3 aguas potables preparadas de 94 marcas que se comercializan en nuestro país. Las muestras corresponden a aguas embotelladas en envases de plástico y envases de cristal cuyo tapón o chapa integra alguno de los elementos plastificantes antes descritos. Las muestras de agua estuvieron almacenadas durante un año, con ello se pretendía constatar si se había producido el proceso de lixiviación y cuál había sido la cantidad de elementos químicos que se habían integrado en el agua.
Las sustancias antes indicadas pueden tener efectos tóxicos para la salud en el caso de que se superen los límites de seguridad establecidos en la legislación. Según algunas investigaciones, estos plastificantes pueden afectar a la salud de los órganos reproductores, al sistema endocrino causando desequilibrios hormonales, etc. Recordemos que en el caso del bifenol A, en el año 2011 la Unión Europea prohibió el uso de este plastificante en los biberones de plástico utilizados para la alimentación infantil por sus posibles efectos perjudiciales en la salud de los bebés, sumándose a otros países que anteriormente ya lo habían prohibido.
El estudio tenía como objetivo principal determinar únicamente la calidad del agua embotellada que se comercializa en España en lo que respecta a la presencia de los elementos químicos antes indicados. Se trabajó con un total de 362 muestras de agua, las muestras se analizaron tras el embotellado y al cabo de un año de almacenamiento, lo que arroja un total de 724 análisis realizados. En un 5’6% de las muestras aparecieron resultados positivos en lo que respecta a la presencia de sustancias que se habían integrado en el agua, el bisfenol A asociado a los envases de policarbonato y el DEHP (relacionado con los plastificantes utilizados en los tapones de las botellas de cristal), fueron los compuestos detectados con más frecuencia.
Los expertos indican que la presencia de estas sustancias en el agua era insignificante y sus valores estaban muy por debajo de los estipulados en los máximos de ingesta diaria admisible determinada en la legislación. Para poder sobrepasar el valor de DEHP considerado como seguro (0,05 mg/kg corporal/día), sería necesario beber unos 231 litros de agua, en el caso del bisfenol A habría que beber 124 litros de agua al día para poder sobrepasar el máximo de ingesta diaria de esta sustancia. A la vista de estos datos, para los investigadores la posibilidad de que se puedan desarrollar problemas de salud por el consumo de agua envasada es inexistente. De todos modos se apunta que estos resultados pueden ser de gran utilidad para las empresas embotelladoras de agua y los fabricantes de tapones, ya que pueden trabajar para mejorar sus productos y limitar aún más la migración al agua que se produce de los compuestos químicos presentes en los envases.
Los investigadores explican que esta migración de sustancias puede provocar un problema de tipo organoléptico, de ahí que las empresas embotelladoras deban ser las primeras interesadas en utilizar plásticos con formulaciones específicas que eviten el cambio de sabor y desagraden al consumidor. Otros datos obtenidos de la investigación a destacar son el periodo de almacenamiento y los distintos formatos de envases que no afectan a la calidad del agua, las botellas de PET con tapón de polietileno de alta densidad contienen una reducida presencia de plastificantes.
Según leemos aquí, los expertos explican que en muchas ocasiones el agua envasada recibe ataques por el tema del proceso de lixiviación, con esta investigación se demuestra que este proceso apenas se produce, por tanto, el agua embotellada de España es de calidad. Claro, que habría sido interesante hablar del elevado coste medioambiental del agua envasada, al respecto os recomendamos retomar la lectura del post sobre el coste oculto del agua embotellada.
Da la impresión de que el estudio haya sido subvencionado por la industria del agua embotellada, para evitar suspicacias sería interesante realizar un segundo estudio, pero esta vez mostrando el coste medioambiental, muchas investigaciones demuestran el enorme derroche de agua que realiza esta industria, el enorme consumo de petróleo que se realiza para fabricar botellas, los problemas existentes con las botellas que terminan en los vertederos y que tardan cientos de años en degradarse.
A través de este artículo publicado en la revista científica Science Direct podréis conocer más detalles sobre esta investigación.
Foto | Klearchos Kapoutsis