Buñuelos de candil

Los conocidos como Buñuelos de candil, nos parecen más unas rosquillas, pero respetemos el nombre porque bien lo merece esta receta tradicional que es una auténtica delicia, aunque como veréis, nosotros optamos por aromatizar estos buñuelos con naranja aunque sea más habitual hacerlo con limón. Seguro que hay muchas opciones más, pero así es como los conocimos.

Estos buñuelos o rosquillas de candil son las que elaboramos con la buñolera o rosquillera, puesto que es una masa más ligera que la masa con la que se suelen hacer las rosquillas y que se forman con las manos. Todo este tipo de recetas tradicionales las heredamos de nuestras madres, abuelas… y no debemos olvidarlas, si cada vez que degustamos los Buñuelos de candil tenemos gratos recuerdos, hagamos que las generaciones siguientes también tengan esta posibilidad. ¿Nos ponemos con ellos?, después ya vendrán los Buñuelos de viento rellenos.

Ingredientes

  • 4 huevos (L)
  • 200 gramos de azúcar
  • la piel de una naranja
  • 100 ml. de leche
  • 100 ml. de aceite (de oliva suave o de girasol, como más os guste)
  • 100 ml de anís (licor)
  • 320-350 gramos de harina
  • 10 gramos de levadura.

Elaboración

La mitad de la piel de la naranja, sin el albedo (parte blanca), ponla a infusionar en un cazo con el aceite, calienta a fuego moderado, que en ningún momento burbujee, después cuela y reserva.

Casca los huevos en un recipiente amplio y bátelos con las varillas hasta que estén espumosos, incorpora entonces el azúcar, la otra mitad de piel de naranja rallada, la leche, el aceite, el anís, la levadura y la harina tamizada, no la pongáis toda de golpe, así se puede valorar si necesita más o menos cantidad, pues hay harinas muy diferentes. Debe quedar una masa densa, algo más que la de los crepes.

Pon un cazo de pequeño diámetro pero con profundidad a calentar con el aceite, puede ser de girasol o de oliva suave. Estos buñuelos los hacemos de uno en uno (a no ser que dispongas de la rosquillera doble). Calienta el aceite con la buñolera dentro, esto ayudará a que la masa no se pegue al introducirla en el aceite para freír.

La temperatura del aceite no debe ser muy elevada, poner media-alta para que se inflen y se despeguen rápido y poder darles la vuelta para dorar por el otro lado. Cuando el aceite esté a la temperatura necesaria, retira la buñolera escurriéndola bien y recoge un poco de masa sin llegar a llenar el ‘cacillo’ y permitiendo que cierre el círculo. Introduce la buñolera en el aceite y verás como la masa se va despegando, si queda adherida por algún lado, despégala con una cuchara.

Dale la vuelta y retírala escurriéndola bien y posándola sobre papel absorbente, después se espolvoreará con azúcar. Si los buñuelos de candil se te hacen demasiado rápido y quedan muy oscuros, baja un punto el fuego, si por el contrario, la masa no infla bien y se deforma, le hará falta un punto más de temperatura.

Las rosquillas de candil serán del gusto de todos tus comensales, con estas cantidades tendrás para unas 30 rosquillas, nunca nos da tiempo a contarlas. ¡Buen provecho!

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