En Francia hay unos 33.000 panaderos y unos 37.000 puntos de venta a los que acuden unos 15 millones de clientes para comprar su pan cada día. Estas cifras son las que podemos leer en la web de la Confederación Nacional de la Panadería francesa (Confédération Nationale de la Boulangerie-Pâtisserie Française), la organización profesional que los representa y que trabaja en velar por los intereses de los profesionales de este sector y llevar a cabo acciones que faciliten la labor cotidiana de los panaderos.
Os hablamos de esta Confederación para que conozcáis una de las iniciativas que tuvieron (no es nueva), fue la creación de la enseña del panadero o de las panaderías. La idea es que los establecimientos estén claramente identificados, igual que lo están las farmacias, los estancos u otros establecimientos. El diseño de la enseña lo podéis ver en la foto superior, principalmente se aprecia una gran ‘B’ de boulanger (panadero) y se puede leer «Boulanger» C’est un métier (Panadero. Es un oficio).
Este símbolo en la puerta de un establecimiento de venta de pan es una garantía para los clientes, pues sólo se proporcionará a los panaderos con profesión regulada. Igual que sucede en España, ocurre en el país galo, hay muchos establecimientos que comercializan pan incumpliendo con sus leyes, no pueden llamarse panaderos ni utilizar la definición Boulangerie (Panadería) u otra que pueda confundir al consumidor, si no es un profesional del sector.
Con un signo gráfico tan sencillo como una ‘B’ inspirada en dos pequeños panecillos unidos, los consumidores pueden identificar fácilmente una panadería, incluso desde una distancia lejana. Ahora bien, esto a los panaderos franceses no les sale gratis, y por supuesto, hay un reglamento de uso.
Los panaderos tienen distintas opciones para identificar su establecimiento como una panadería ‘oficial’, un comercio en el que se elabora pan por un experto en el oficio. La Confederación diseñó distintos tipos de kits y enseñas para adecuarse a las necesidades de los panaderos y su local, claro, el letrero de neón de doble cara es el más llamativo, el que a todos los que buscamos una panadería nos gustaría encontrar, pero quizá no siempre se consiguen los permisos según de quien sea propiedad el edificio.
También hay placas para la pared, como las que también podemos encontrar en algunas comunidades españolas, por ejemplo el Forn de Pa Artesanal del Gremio de Panaderos de Barcelona. Además han hecho folletos, paneles para colgar en el interior de la panadería, etiquetas, adhesivos… el kit completo les sale por casi 500 euros (y algo más para los panaderos que no pertenezcan a la Confederación), pero como comentábamos, hay otras opciones.
¿Qué os parece que se identifiquen así las panaderías artesanas en nuestro país?, cuando tienes tu panadería de confianza no es necesario, pero si vas a una nueva ciudad o en la tuya tienes que buscar otro establecimiento en el que puedas comprar buen pan, es una ayuda.