Se ha presentado oficialmente la botella Frugal, la nueva botella para vino fabricada con cartón reciclado por la empresa Frugalpac, especializada en la fabricación de envases a partir de materias primas recicladas, principalmente cartón y papel. El nuevo envase se presenta como la mayor innovación para el mundo de los vinos y los licores desde el lanzamiento de la botella de vidrio.
Se trata de una botella de 75 centilitros fabricada con un 94% de cartón reciclado y un forro de calidad alimentaria que puede contener vino o cualquier otro tipo de bebida espirituosa. Sus características permiten que se pueda refrigerar y su contenido se mantiene frío durante más tiempo que en una botella de cristal. Frugalpac explica que su botella tiene un precio similar al de una botella de cristal con la correspondiente etiqueta, pero tiene muchas ventajas que merece la pena considerar.
Frugal es una botella más respetuosa con el medio ambiente, su huella de carbono es hasta un 85% más reducida que la de una botella de vidrio, y un tercio menor que la de una botella de plástico elaborada con materias primas recicladas. Otro punto que se destaca es su huella hídrica, cuatro veces menor que la del vidrio y mucho menor que la de las botellas de plástico para el agua. A esto hay que añadir que las nuevas botellas se pueden reciclar nuevamente sin complicaciones.
Dado que la botella está fabricada principalmente con cartón, se pueden realizar todo tipo de diseños que abarcan todo su contorno, algo que no se puede llevar a cabo con las botellas de cristal tradicionales, en las imágenes podéis ver algunos ejemplos. La botella también utiliza plástico reciclado, aunque sólo 15 gramos, cuatro veces menos de lo necesario para fabricar una botella de plástico. A estas ventajas, la empresa añade que su botella se puede producir en las instalaciones de embotellado de las bodegas, se puede desarrollar cualquier diseño e impresión, es más rentable en el transporte, etc.
Pero lo cierto es que, a pesar de todas esas ventajas y de que la botella ha recibido elogios por sus características y beneficios ambientales, no parece que a la industria del vino le haya interesado mucho, de momento, el único vino que ha salido a la venta envasado en la botella Frugal es el vino 3Q de la bodega italiana Cantina Goccia, que se puede adquirir online y en las tiendas Woodwinters Wines & Whiskys de Escocia. Antes comentábamos que las botellas se podían producir en las propias plantas de envasado de las bodegas, y es que otro de los negocios de esta empresa es suministrar la maquinaria para fabricar sus botellas, si a esto sumamos que los productores de vino pueden abastecerse de materias primas locales, la huella del carbono se reduce de forma significativa.
Según explica la empresa en su página web, la botella Frugal está siendo considerada por varias cadenas de supermercados y otras empresas del Reino Unido que están interesadas en promover el envase sostenible, por lo que se prevé que estará disponible en otros puntos de venta en todo el Reino Unido, Holanda y Dinamarca en las próximas semanas. El vino es sólo una opción, ya que el nuevo envase se puede utilizar para las bebidas espirituosas, como ron, vodka, ginebra, etc., de hecho, asegura que ha captado la atención de este sector, que está dispuesto a reducir sus emisiones y atraer a los consumidores que cada vez están más interesados en la sostenibilidad.
Veremos si realmente la botella logra introducirse en el mercado y si los consumidores se sienten atraídos por el nuevo envase, porque no se habla de si altera o no el sabor del vino, si mantiene sus cualidades organolépticas, etc. Podéis conocer más detalles de la nueva botella de cartón reciclado a través de la página oficial de la empresa.
1 comentarios
Menuda porquería, cartón y plástico. ¿Quién garantiza que ambos materiales son inertes y que no acaberemos bebiendo partículas de ambos?. ¿Están seguros de que no alterarán el sabor del vino?.
Siempre con el rollo «sostenible» pero, nadie se pregunta de dónde sale la materia prima para fabricarlo, pues, de los pinos, señores. Así que no se ve qué tiene de «sostenible» talar los miles y miles de árboles, que se necesitarían para cubrir la demanda, si este abominable diseño prospera…